No esperes que los patos caminen

No esperes que los patos caminen

«El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río;

es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre;

es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego»

Jorge Luis Borges.

Todo lo que llega a nuestras vidas viene con un propósito: revelarnos tanta Luz como sea posible. La Luz es conocimiento. Cada cosa que nos ocurre, es con la finalidad de ayudarnos a alcanzar la plenitud. Estoy plenamente convencida de ello. Si nos aquietamos y vemos las señales, encontraremos un motivo (o varios) para todo lo que estamos experimentando en nuestras vidas.

Los cabalistas dicen: “La Luz que está disponible hoy, debe usarse hoy”.Así, al final del día procuro hacer un recorrido mental para evaluar las ocasiones que tuve de ponerme en contacto con la Luz. Voy repasando el día, al tiempo que veo si en algún momento desaproveché el chance de “decir si” a algo o a alguien. En caso de que así sea, hago uso de la generosidad de la vida para revelar la Luz, antes de que se acabe el día, y tomo conciencia de lo que pasó.

La semana pasada, esta tarea fue inusualmente dura. Estuve afectada por la chikungunya, y durantetres dias mis bendiciones llegaron vestidas con “ropa de trabajo”. El terrible dolor de cabeza competía con los dolores en las rodillas y espalda, como si fueran gladiadores luchando por seguir con vida. Conjuntamente, los mareos, náuseas y debilidad se ocupaban de llevarme al lecho cada vez que intentaba ponerme en pie. Dormitaba casi todo el tiempo. En los pocos momentos lucidos del día me decía: Karina ¿Qué parte de ti necesitaba esto?

Entonces, recordé una conversación que tuve con mi nieto unos dias atrás. Era el último día de su primer campamento de verano, y lo había ido a recoger. Comimos juntos una pizza, y hablamos largo tiempo. Eran casi las tres de la tarde cuando estábamos en medio de un tapón, y él empezó a bostezar. Le pedí que no se durmiera…que yo también estaba muy cansada y su sueño no me ayudaba.

Le dije que cuando lo dejara en su casa tendría que ver cuatro clientes, que yo no podía dormir durante el día, que ya quisiera yo ser chiquita como él, bla, bla, bla ¡Le tiré esa descarga a un niño de cuatro años! Muy solidario, restregándose los ojos me contestó que no importaba, que dormiría la siesta cuando llegara a su casa. Luego de un rato de silencio, me dijo: Abu ¿tú sabes que los adultos toman vacaciones?

Tal como ocurre en la sesión con un experto terapeuta, su pregunta generó en mímuchos movimientos internos. Estaba convencida de que debía parar el ritmo de trabajo, y empecé a buscar en el calendariolos dias“adecuados” para la pausa. Muchas veces,he dicho a mis clientes que cuando no estamos balanceadospostergamos las propias necesidades.

Sin embargo, me convenci a mí misma de que tenía muchos compromisos pendientes para hacer un alto.En inglés hay una expresión: “don’twait the duckwalk”. Significa que no debemos esperar que los patos caminen. No existe el momento con las circunstancias perfectas para hacer algo. La naturaleza es sabia. La mamá pata no espera que los patos estén alineados para empezar a andar. Simplemente avanza, y sus patitos se forman detrás de ella ¡y caminan!

Usualmente, cuando los deseos no son expresados en acciones, los vivimos como dolores. Finalmente, pude mirar a la chikungunya como un aliado solidario. Ella estaba haciendo por mí lo que yo misma no fui capaz.La vida cumplió mi deseo y me regaló tres dias de reposo. Cancelécitas, moví compromisos, dejé de hacer cosas. ¿También tú has sacado tiempo de manera forzosa? Cada uno de nosotros es la madre de sus propias dificultades. Cuando reconocemos eso, no hay lugar para la victima ni para la heroína. Solo dejamos de lado las excusas y hacemos lo que necesitamos hacer.

La persona que tiene autoridad sobre su propia vida confía en que cuando empiece a andar, el resto de lo que va con ella se alineará. Se enfoca en sus objetivos, en vez de poner la atención en las trabas. Al principio, puede que no todo vaya bien. Los primeros pasos de los patitos, que siguen a la mamá pata,pueden ser torpes o lentos. Hacerlo bien y a buen paso solo se logra andando. A medida que aumenta la distancia, los patitos se van alineando cada vez mejor hasta que alcanzan una marcha impecable. Si la mamá pata se queda quieta, los patitos se alejan de ella y se pierden.

Pensar que la chikungunya nos afectará a todos es un modo banal de mirar lo ocurrido. El poeta alemán Bertold Brecht dijo: “No aceptes lo habitual como una cosa natural,pues en tiempos de confusión organizada,de arbitrariedad consciente,de humanidad deshumanizada,nada debe ser natural,nada debe ser imposible de cambiar”.

En una ocasión, estaba en una clase de cábala y el rabino contó que un discípulo le había ido a decir que finalmente había comprendido a qué se refería cuando hablaba de los milagros. Le narró como había tenido un accidente gravísimo en su carro, y había salido ileso. “Salir sin un rasguño de tan aparatoso incidente ¡es un milagro!”, exclamó el alumno.Luego de un rato en silencio, el rabino le contestó: “yo he tenido un milagro mayor: no tuve ningún accidente”.

Estoy agradecida por todo lo ocurrido la semana pasada. Al mismo tiempo, asumo mi responsabilidad de haberlo vivido a este precio. El pan que Dios nos da es siempre fresco. Hoy es un día nuevo pleno de bendiciones en forma de Luz, y me abro a ellas. ¿Y tú?

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