POR MARIO MÉNDEZ
La mejoría en el cobro de energía no ha sido sostenible e incluso se ha revertido en algunos períodos, lo cual evidencia una cultura del fraude muy cimentada, principalmente en los estratos residenciales de clase media y alta, así como en los sectores del comercio y la industria, advierte un informe de la Unidad Asesora de Análisis Económico y Social de la Secretaría de Economía, Planificación y Desarrollo.

De acuerdo a ese informe a mediados del año 2006 se produjo una mejoría en los cobros de la energía eléctrica servida, pero “desafortunadamente la tendencia observada en estos meses no se sostuvo y, más bien, se revirtió”.

“En los meses agosto-octubre se evidenció un deterioro del índice de pérdidas comerciales, situándose en un 40% en octubre, por encima del nivel alcanzado tres meses atrás”, señala el informe.

Asimismo, sostiene que en noviembre se reportó una recuperación significativa del índice respecto del mes anterior: las pérdidas comerciales cayeron al nivel más bajo (34.2%) registrado en todo el año 2006. Sin embargo, en diciembre el índice retrocedió significativamente: se elevó hasta 39.2%”, se plantea en el informe.

Se afirma que “lograr avances en la recuperación del efectivo (CRI) es tarea ardua cuando se tiene que lidiar con una cultura de fraude tan cimentada, concentrada principalmente en los estratos residenciales de clase media y alta y en los sectores comercio e industria”.

El informe indica que la proporción de energía comprada por las distribuidoras que no alcanzó a ser facturada por fallas técnicas y por robo promedió 38.8% en el período enero-diciembre de 2006.

Agrega que el índice de las pérdidas comerciales se situó en julio-diciembre en 36.9%, en promedio, en contraste con el 40.6% que se reportó en enero-junio, evidenciando una modesta mejoría (3.7%) en el segundo semestre.

“Tras registrar en mayo su nivel más crítico (46.3%), en los dos meses siguientes, con la activación del PAEF, las pérdidas comerciales registraron una reducción significativa, cayendo al mínimo del año (34.1%), lo que despertó esperanzas respecto a la efectividad de las medidas anti-robo aplicadas en el marco del referido programa”.

Sin embargo, afirmó que ese proceso luego se revirtió. No obstante, el informe indica que “tendencialmente la gestión de cobro mejoró a un ritmo modesto pero sostenido a lo largo del período objeto de análisis (2006), reduciendo las pérdidas en un 58% en diciembre con respecto a lo que se verificó a inicios del año”.

Señala que el mejor desempeño de la cobranza contribuyó en parte a que la recuperación del efectivo de las distribuidoras mejorara en el nivel observado.

“La mejor efectividad de la gestión de cobro se observó en enero-marzo, cuando el índice mejoró sustancialmente (cayó dieciséis puntos); sin embargo, en mayo-agosto, sumó tres meses de deterioro, y registró modesta recuperación en los meses septiembre-diciembre”, explica el informe.

Igualmente, plantea que en el semestre julio-diciembre el déficit promedio de la cobranza (10.4%) mejoró 17.3%

respeto al desempeño del semestre enero-junio de 2006 (12.5%). El informe considera que “toda la energía que se facture sea efectivamente cobrada es esencial para concluir exitosamente el ciclo de gestión del efectivo de las empresas distribuidoras y reducir las pérdidas”.