No hay fecha para reconstruir puente

No hay fecha para reconstruir puente

POR MARIEN A. CAPITAN
COMENDADOR, Elías Piña.-
Los habitantes de las provincias de San Juan y Elías Piña dispondrán de un desvío para comunicarse por carretera debido a que la Secretaría de Obras Públicas no contempla por ahora reconstruir el puente del río Matayaya, destruido por un torrencial hace siete meses.

José Díaz, quien tiene a cargo la construcción del desvío temporal, dijo que no hay fecha para construir el puente en el río Matayaya, a la altura del paraje Los Alejos.

«Estamos trabajando desde el 28 de octubre. Aún no nos toca el puente, todavía no tiene fecha. Nosotros lo que estamos haciendo es el badén para que se filtre el agua hasta que hagan el puente».

Tras sostener que el badén tiene cuatrocientos tubos y cuatro o seis filas de cilindros, Díaz manifestó que el puente quedó en tan mal estado que hay que tumbarlo y construirlo de nuevo. Mientras eso se hace, los carros cruzarán sobre la plataforma que se construye encima de los cilindros por los que pasará el agua; esta obra podría estar terminada el próximo mes de enero.

Aunque no remedia definitivamente la situación, este desvío evitará que los moradores de la zona tengan que cruzar por la vía tan abrupta que están usando ahora. Irregular, con el río y montañas de arena a escasos metros, quien no conoce el camino podría tener un accidente fácilmente.

Para la los moradores de la zona, sin embargo, este no es un consuelo: ellos temen que otra riada provocada por fuertes aguaceros se ensañe contra el desvío y deje a su provincia, nueva vez, incomunicada.

«En la ocasión anterior sólo podíamos salir por Bánica. Nosotros necesitamos un puente, no podemos arriesgarnos a quedarnos otra vez incomunicados. Quizás a nadie le importe, pero para nosotros es importante tener un acceso hacia San Juan», señaló una señora que pidió reservas de su nombre y agregó que teme que una crecida se lleve el badén.

Desde aquella madrugada del 24 de mayo los sureños le temen a los efectos de los aguaceros torrenciales. Elías Piña, por ejemplo, quedó incomunicada durante días y las tierras estuvieron tan anegadas que provocaron que las cosechas se perdieran totalmente.

El caso más trágico, sin embargo, fue el de Jimaní, donde murieron y desaparecieron cientos de personas a causa de la crecida del río Blanco o Soliette, que devastó la zona de La 40.

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