No hay recesión… Hay recuperación económica

No hay recesión… Hay recuperación económica

POR OLGA DÍAZ MORA
Recientemente, en los diferentes medios de comunicación, han aparecido declaraciones de algunos gremios empresariales y de economistas, unos cuestionando y otros reaccionando sorprendidos frente a los resultados arrojados por el comportamiento de la economía dominicana, de acuerdo con la evaluación realizada por el Banco Central del trimestre enero-marzo del 2005.

Resulta penoso ver economistas planteando una serie de argumentos para demeritar y/o desacreditar los resultados arrojados sobre el crecimiento de la economía durante el primer trimestre del 2005, sin aportar un solo argumento razonable. Resulta más sorpresivo aún si se trata de personas que han laborado por muchos años y se formaron como economistas en el Banco Central, ya que conocen más que nadie la rigurosidad con que trabajan los técnicos de esta institución. Es por esta motivación, y por el aprecio que le tengo al Dr. Martínez Moya, que me voy a permitir referirme a su artículo. De entrada, considero que los argumentos utilizados para refutar las cifras del Banco Central, no son sustentados en cifras reales y están cargados de apreciaciones y argumentos subjetivos, por lo que me voy a limitar a presentar los argumentos estadísticos a fin de edificar mejor tanto a los distintos sectores económicos como a la población en general.

Es lamentable que a lo largo de todo su artículo realice una serie de planteamientos sin fundamentos, todos basados en simples apreciaciones y conjeturas, sin presentar una sola cifra. Por ejemplo, en su artículo argumenta que las ventas comerciales han bajado, que la DGII redujo sus recaudaciones, que las importaciones no crecieron, que el consumo privado no creció, que las importaciones de vehículos se incrementaron por una reducción de los impuestos, que las importaciones de bienes de consumo no aumentaron, que el sector transporte no creció, que las zonas francas no aumentaron sus ventas externas. En este tenor me pregunto: ¿será que el Dr. Martínez Moya cuando entró a la página de Internet para buscar las cifras económicas de R. D, se equivocó y obtuvo las estadísticas de otro país? Veamos pues, los siguientes resultados:

Las zonas Francas: ¿no crecieron sus ventas externas? Este sector, al ser el más cuestionado, amerita explicar en detalle a qué se debió su crecimiento, para contestarle a todos los que han cuestionado su comportamiento. En primer lugar, quiero referirme al reporte del Major Shipper Report de los Estados Unidos, que indica que las exportaciones de textiles de la República Dominicana hacia Estados Unidos en enero-febrero del presente año con respecto a igual período del pasado año aumentaron en un 5.3% en volumen y en 1.9% en valor. Esto no lo dice el Banco Central sino una institución oficial de los Estados Unidos. Por otro lado, el crecimiento del valor agregado del sector, se explica por el proceso de diversificación que se está registrando en las zonas francas lo que arrojó que en el pasado año se establecieron unas 40 nuevas empresas y al finalizar el año se habían generado más de 16,000 nuevos empleos. Esto se refleja en los resultados de este primer trimestre, en el cual el saldo neto, es decir, la reducción de empleados registrado por el sector en el presente año versus los nuevos empleados contratados, arrojan un crecimiento en enero-marzo de 3.5% comparado con los empleos existentes en igual período del 2004. Esto se explica por la naturaleza en que operan estas empresas que continuamente unas cierran y otras se instalan, además de los problemas que están confrontando, especialmente el sector textil.

En el día de ayer el Consejo de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI) informó que se había registrado una reducción en el valor de las exportaciones de este sector, las cuales difieren de las publicadas por el Banco Central. Para una mejor edificación y que estos resultados no creen confusión, es pertinente aclarar que las fuentes de información y las metodologías utilizadas por ambas instituciones para la valoración de las exportaciones son distintas: El BCRD obtiene los datos directamente de las empresas, a través de una encuesta que realiza mensualmente al 95% de las empresas de zonas francas, mientras que el CEI-RD recibe las informaciones mediante el formulario único de exportación, recolectado en las aduanas. Por tanto, el formulario que recibe el CEI tiene la limitante de que, en algunos casos, las zonas francas sólo declaran el valor agregado nacional, sin incluir el costo de la materia prima importada, lo que genera una subvaluación importante. Así, las exportaciones totales de zonas francas reportadas al Banco Central por las empresas en el trimestre enero-marzo 2004 fueron de US$1,038.7 millones, validadas en el caso de las manufacturas textiles con las informaciones del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, mientras que el CEI-RD tiene un valor exportado de US$668.9 millones para ese período. Como puede comprobarse, existe una diferencia de cobertura. En definitiva, todos estos argumentos indican que tanto las exportaciones como el valor agregado de las zonas francas crecieron con respecto a igual trimestre del 2004. Que Estados Unidos mantiene sus pedidos a República Dominicana, a pesar de haber finalizado a principios de año el Acuerdo Multifibras. ¿Sorprendidos?… Nosotros también.

En todo caso, ¿cuál sería el propósito del Banco Central de informar que un sector registró un comportamiento distinto al que reportan las estadísticas?

¿Las importaciones no crecieron? Los reportes de la Dirección General de Aduanas demuestran que las importaciones nacionales de bienes crecieron en un 33.3%. Dentro de éstas el petróleo creció en un 59.2%, desagregados en un aumento de 22.6% en el volumen y un 29.7% en los precios. El simple hecho de que el volumen de petróleo creciera en esa magnitud es un claro reflejo de un mayor dinamismo en la actividad económica, lo cual contrasta con la reducción del 17.6% que registró el año pasado el volumen de las importaciones de petróleo en igual período.

Ahora bien, cabe destacar que al excluir las importaciones de petróleo y derivados, y las importaciones exentas de impuestos, el resto de las importaciones de bienes gravables aumentaron en un 29.8%. Estas importaciones clasificadas por uso o destino indican que las importaciones de bienes de consumo crecieron nada más y nada menos que en un robusto 53.1%. El aumento espectacular en las importaciones de bienes de consumo se reflejó en un incremento de un 11.6% en el valor agregado del sector comercial. Estas variables a su vez, están íntimamente vinculadas al comportamiento del consumo privado, que en términos reales creció en un 15.8%. En otras palabras, este satisfactorio crecimiento del consumo se explica por el efecto combinado del aumento general salarial tanto del sector público como del sector privado frente a una deflación de los precios internos ocurridas en el período agosto-marzo de un -2.19%, lo que evidentemente ha aumentado el poder adquisitivo de la población en general.

Aunque los préstamos de la banca al sector privado disminuyeron, sin embargo desagregados por destino se observa que los préstamos al consumo privado durante los primeros tres meses del presente año aumentaron en 5.5%, asimismo las ventas de las principales cadenas de supermercados en enero-marzo crecieron en 14.3% en relación con igual período del año pasado. Estos dos indicadores son consistentes con un incremento en la demanda agregada, especialmente en lo relacionado con el consumo privado.

¿La DGII no aumentó sus recaudaciones? Contrario a su afirmación y para su mejor edificación, los ingresos tributarios en este primer trimestre crecieron en un 22.6%. A continuación presento un detalle del aumento de las recaudaciones por grandes rubros y que efectivamente están relacionados con el comportamiento de las actividades económicas: ITBIS 43% (este incremento es superior al 33% de incremento en la tasa del impuesto); Impuesto sobre las mercancías aumentó 62.7%, incluyendo un incremento del 139.6% en las recaudaciones por los impuestos selectivos a las bebidas y el tabaco, y un 83.7% de incremento en las recaudaciones por impuestos a los vehículos de motor. Asimismo, vale destacar el aumento del impuesto sobre los ingresos de las empresas en un 26.1por ciento.

Para dar una idea del crecimiento de la producción reportadas por algunas de las principales empresas y para que el lector tenga una idea de la recuperación que registraron algunas actividades, vale destacar en el sector industrial que la producción de cervezas aumentó en 21.7%, harinas y derivados 29.9%, pastas alimenticias 20.5%, leche pasteurizada 26.4%, aceite de soya 12.8%. En el sector agropecuario vale destacar que los principales productos que forman parte de la canasta alimenticia dominicana registraron importantes crecimientos, tal es el caso de pollos 10.5%, plátanos 13.6%, guineos 15.9%, habichuela 33.8%, papas 45.9%, tomates 16.1% y huevos 7.2 por ciento.

Estas realidades estadísticas, no creadas, ni inventadas ni fabricadas por el Banco Central, son las que soportan el crecimiento del 4.0% de la economía dominicana en el primer trimestre del 2005. Se trata de informaciones que están disponibles para su verificación. Un economista que se respete a si mismo debe examinar las cifras de manera desapasionada, para no caer en lo absurdo, con argumentaciones que retratan de cuerpo entero su calidad profesional.

La incidencia del incremento de los precios del petróleo en la economía. Ciertamente, en una economía pequeña y abierta, este factor es crucial para todas las actividades económicas. Sin embargo, el aumento de los precios del petróleo tiene un efecto sobre la actividad económica que debe ser evaluado simultáneamente con otros factores, y así estimar su efecto neto sobre la economía. En este orden, la reducción de la tasa de cambio ha amortiguado el efecto choque petrolero sobre los precios domésticos, lo que se evidencia en la inflación enero-marzo, la cual apenas registró un aumento de 0.75%. En otras palabras, y utilizando cifras concretas, los precios internacionales promedios del petróleo en el período enero-marzo aumentaron de US$46.84 a US$54.31 para un aumento de 15.9% lo que ha incidido en un aumento en los precios internos de los derivados del petróleo en un 12.34%. Sin embardo la tasa de cambio ha disminuido desde agosto a la fecha en un 33.3%, y los demás grupos de bienes y servicios dentro de la canasta familiar, principalmente el grupo alimentos, bebidas y tabaco, han venido registrando reducciones en sus niveles de precios. Este fenómeno ha neutralizado el incremento de los precios internacionales del petróleo. En otro escenario, si en vez de bajar la tasa de cambio, hubiese seguido aumentando como ocurrió en el período de la crisis, vale decir, septiembre 2002-mayo2004, el efecto combinado alzas de precios petróleo-dólar hubiese sido devastador para la población.

Según su apreciación una economía sometida a sobreajustes no puede crecer, y para corroborar esta afirmación lo relaciona con países que no son comparables con el nuestro: Rusia, Tailandia, Korea y México. Sin embargo, para su mejor edificación, la economía dominicana no está en un período de sobreajuste, la crisis está pasando, nos encontramos en un proceso de recuperación económica. Por tanto, me permito hacer la comparación con otros países más cercanos a nuestra economía, como es el caso de Venezuela en que el Producto Interno Bruto (PIB), después de un período de recesión en el 2003 (-9.7%), pasó a un crecimiento de un 17.3% en el 2004. Argentina después de registrar -10.8% en el 2002 aumentó en un 8.7% en el 2003, y Chile que en el 1999 registró una caída de -0.5% en el 2000 aumentó en 4.5%. Por último, no se debe olvidar que en el caso nuestro, después de la crisis de 1990, cuando registramos un crecimiento de -5.5% en el 1990, en el 1991 crecimos en 1.0% y en el 1992 el PIB aumentó significativamente en un 8.0 por ciento.

Utilizando su propio idioma, «nadie en su sano juicio», puede presentar tantos argumentos sin datos estadísticos, sin base demostrable, simplemente porque en su apreciación, en su mundo interesado, irreal y lleno de fantasía, tenga la percepción de que la economía está en recesión, cuando se sabe que bajo ninguna medida existe una recesión, y que en definitiva lo único que le interesa, su único objetivo, es tirar lodo a la credibilidad del Banco Central. Para su mejor edificación, la teoría económica moderna dice que un país está en recesión cuando por más de dos períodos consecutivos registra tasas de crecimiento negativa. Ese no es el caso de nuestro país, que en los últimos tres trimestres ha crecido, demostrando que nos encontramos en un proceso de franca recuperación económica. En otras palabras, parece ser que la nueva teoría de la recesión, recién inventada por el Lic. Martínez Moya bien podría elevarlo a la categoría de candidato al Premio Nóbel de Economía, cuando la academia sueca instituya su premio a la mejor caricatura de la teoría económica.

Aquellos economistas, que en la gestión anterior tuvieron la oportunidad de aplicar sus ideas geniales y no resultaron, les molesta que la política monetaria actual haya tenido el éxito que puede exhibir hasta la fecha. Esta ha sido el resultado de una conducción acertada, tal como lo reconocen las mismas agencias internacionales que ellos suelen citar como fuente de su conocimiento económico. Y esto se ha logrado a pesar de todo el ruido contaminante que han tratado de llevar a la opinión pública desde antes del 16 de agosto, cuando anunciaban una catástrofe cambiaria para diciembre del 2004, y luego, cuando se dieron de frente con la realidad, anunciaron que la crisis vendría en marzo del 2005, fallando de nuevo en sus desacertadas predicciones.

Por último, estamos a la espera de la evaluación del crecimiento económico que está efectuando el Fondo Monetario Internacional a través de una misión que nos visita en la actualidad. Sin embargo, es pertinente aclarar que los resultados presentados en la rueda de prensa por el Gobernador del Banco Central, correspondían a cifras preliminares y muy conservadoras, sin embargo a medida que se ha ido completando la evaluación final con todas las cifras reales a marzo, suministradas por las propias empresas, para sorpresa de todos, el crecimiento de la economía pudiese ser mayor.

En todo caso, doy por concluido como profesional y especialista en Cuentas Nacionales este debate. Pienso que ésta ha sido una excelente oportunidad para edificar mejor a la población en general y que cada cual se forme su propio juicio, ya que nuestra función principal es mantener debidamente informada y de manera oportuna, a los agentes económicos sobre la situación económica nacional.

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*La autora es asesora de la gobernación del Banco Central en Cuentas Nacionales.

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