BAGDAD (AFP).- La captura de Saddam Hussein el sábado no trajo la calma a Irak, donde en las últimas 24 horas murieron al menos 17 iraquíes, según las fuerzas estadounidenses, durante ataques y manifestaciones de apoyo al ex dictador iraquí.
Varios dirigentes iraquíes afirmaron que Saddam Hussein tendría un «juicio equitativo y justo», mientras que el presidente estadounidense, George W. Bush, según extractos publicados de una entrevista que se difundirá este martes en la cadena de televisión ABC, afirmó que merecía la «justicia final».
Francia, Alemania y Estados Unidos acordaron que una «reducción sustancial» de la deuda iraquí debía operarse en 2004 en el seno del Club de París, según un comunicado difundido por el Elíseo.
Tres soldados estadounidenses resultaron heridos el martes por la explosión de un artefacto en Tikrit (norte de Bagdad).
Las tropas de la coalición mataron el lunes de noche a 11 iraquíes en el curso de enfrentamientos en Samarra (oeste), declaró un portavoz estadounidense, pero según el director del hospital, una sola persona murió.
Un policía murió y otro resultó gravemente herido por disparos en Mosul (norte), tras una manifestación estudiantil de apoyo a Saddam.
Partidarios del presidente derrocado atacaron el martes las oficinas de una milicia chiíta iraquí en Baaquba (norte).
El Ejército estadounidense desplegó el martes 300 soldados apoyados por carros de combate en Tikrit. Las manifestaciones están prohibidas en la ciudad, pero los periodistas vieron dos concentraciones de estudiantes el lunes y el martes en apoyo a Saddam Hussein, detenido en su región natal de Tikrit.
El ex presidente recibirá un «juicio equitativo y justo». «Los políticos y el pueblo iraquíes quieren que ese juicio no tenga precedentes en Medio Oriente», aseguró el portavoz del Congreso Nacional Iraquí (CNI), el partido de Ahmad Chalabi, uno de los miembros del Consejo de Gobierno interino.
El primer ministro del Kurdistán iraquí, Barham Saleh, insistió en ese sentido: con ese juicio «Irak demostrará que de allí en más está fundado en la justicia, sobre el reino de la ley (…), el tribunal deberá estar dirigido por juristas iraquíes, en Irak».
Pero un prestigioso magistrado sudafricano consideró que el ex presidente debería ser juzgado en Irak por magistrados locales e internacionales. Para el ex fiscal de la ONU, Richard Goldstone, hay «muy pocos, o ningún» fiscal iraquí que tenga la experiencia necesaria para procesar a Saddam Hussein.
El Secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, declaró que la participación de la ONU en el juicio no estaba prevista, y recordó que las Naciones Unidas «no eran favorables a la pena de muerte».
El presidente en ejercicio del Consejo de Gobierno iraquí, Abdel Aziz Hakim, declaró que Saddam Hussein sería juzgado por el tribunal penal iraquí y que podía ser condenado a la pena capital.
Bush estimó que el ex presidente iraquí merecía la «justicia final», mientras que el primer ministro británico, Tony Blair, defendió la idea de un tribubal iraquí antes que un tribunal internacional para juzgarlo, repitiendo que Gran Bretaña se oponía por principio a la pena de muerte.
Para el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, «Saddam Hussein recibirá la protección que tienen los prisioneros de guerra, prevista en la Convención de Ginebra, aunque aún no tenga legalmente ese estatuto». «Se lo trata humanamente», agregó.
Saddam Hussein sufrió interrogatorios extrajudiciales. El ex presidente iraquí negó que dirigiera u organizara los ataques en Irak así como la existencia de armas de destrucción masiva, según The New York Times.
Blair, por su parte, afirmó que disponía de «numerosas pruebas» suministradas por el Iraq Survey Group de la existencia en Irak de «laboratorios clandestinos» que, según él, podrían haber sido utilizados para fabricar armas de destrucción masiva.
En un comunicado difundido en París tras una reunión del enviado especial estadounidense sobre la deuda iraquí, James Baker, con Jacques Chirac y Gerhard Schröder, «Francia, Alemania y Estados Unidos acuerdan que deberá producirse una reducción sustancial de la deuda iraquí en el seno del Club de París en 2004».