POR: Dra. Yleana Muñoz /@dramunozhealth

Del 2010 al 2011 el Instituto Sueco de Alimentos y Biotecnología, por petición de la Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura- FAO – realizó dos estudios sobre pérdidas globales de alimentos: uno en países de economía media/alta y uno en países de bajos ingresos. Estos estudios se destinaron para servir como base en el congreso internacional, ‘Save Food!’ (Ahorra Comida!). Se evaluaron las pérdidas o desperdicios de alimentos y su impacto sobre el hambre y pobreza, el cambio climático y el uso de recursos naturales.

Los resultados de los estudios revelaron que 1/3 de los alimentos producidos para consumo humano es perdido o desperdiciado globalmente (1.3 billones de toneladas al año). Todos los procesos y recursos empleados para su producción, también se desperdiciaron. Estas pérdidas se perciben en toda la cadena alimenticia, desde su producción hasta su llegada a los hogares. En los niveles socio económicos medio/alto ocurre una gran pérdida a nivel del consumidor, incluso descartando alimentos cuando aun están aptos para el consumo humano. En nivele socio económico bajo, la pérdida a nivel del consumidor fue mucho menor, ocurriendo en las etapas tempranas y medias de la cadena alimentaria. En sentido general, per capita, muchos mas alimentos se pierden en el mundo industrializado que en países en desarrollo. (95-115/kilogramos/año vs 6-11/kilogramos/año).

Ante la situación actual, muchas administradoras del hogar nos hemos encargado de la cocina, dándonos cuenta que si no estamos atentas, se dañan nuestros insumos. Nos hemos motivado a monitorear nuestras neveras y despensas vigilando los alimentos que se están por dañar, buscando la manera de evitarlo, ya sea incluyéndolo en la comida del día ‘tal cual’ o usándolos en una receta. Ha sido un buen momento para aprender sobre conservación de alimentos ya sea envasando al vacío, deshidratando o congelándolos. Otra alternativa que algunos han iniciado es del compost casero usando ese material orgánico para hacer abono evitando que vaya a los vertederos y sacandole provecho. Nos hemos vuelto ‘superhéroes’ en lograr que nuestros recursos económicos sean aprovechados al máximo y que hayan lo menos pérdidas posible. En fin, la meta es evitar contribuir a las 1.3 toneladas de comida desperdiciada y que esa comida se utilice de una manera constructiva y provechosa. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a sodonuclim@gmail.com y nos puedes encontrar en @sodonuclim.