Las telecomunicaciones en este país resultan altamente costosas para los usuarios porque están sobrecargadas de impuestos. Y aunque lo prudente y lógico sería disminuir la presión tributaria sobre este servicio, como han reclamado amplios sectores, incluyendo las compañías telefónicas, en el Congreso hay quienes impulsan la creación de un nuevo impuesto, de 20 pesos por cada factura,  a los servicios de telefonía fija y móvil, para financiar en parte el Sistema Nacional de Emergencia 911.

Un detalle que   llama la atención es que siendo el  911 uno de los componentes del Plan Integral de Seguridad Ciudadana, necesite una fuente de recursos basada en nuevos impuestos para cubrir parte de sus costos. Y resulta una ocurrencia contraproducente y abusiva que el blanco del nuevo impuesto sea precisamente un servicio que ya no soporta más carga fiscal. Aunque el Presidente Danilo Medina se oponía a este impuesto, tal parece que los diputados se valen de su soberanía para impulsar el proyecto en cuestión.

El  artículo 13 del proyecto de ley del sistema 911 dice que éste se financiará con las transferencias que haga el gobierno central, las donaciones y cualquier otro ingreso que provenga de leyes especiales o de aportes específicos, pero a los diputados no se les ocurrió otra cosa que no sea afincar el abuso que ya se comete contra la telefonía.

La UASD entró en campaña

En la UASD arrancó temprano la campaña para las elecciones del 15 de febrero del 2014. Varios grupos que  respaldan candidatos a la rectoría y las vicerrectorías han comenzado a calentar el ambiente con sus promociones. Detrás de esos grupos, como siempre, los partidos políticos procurarán afianzar  hegemonía en la casa de estudios. En sus comienzos la campaña ha sido apacible y aspiramos que continúe así hasta el final.

Algo indeseable de estas campañas es que trastornan el desarrollo de la docencia. Muchos estudiantes asumen papel protagónico en la promoción de los candidatos de sus grupos y esto los saca de las aulas. Nos preocupa este lanzamiento prematuro de la puja, pues  faltan poco más de nueve meses para las elecciones y  es mucha la agitación que se puede esperar como parte de la campaña. Abogamos porque el buen tino ayude a distribuir el tiempo para que haya un mínimo de trastorno para la docencia.