No más minifundios

No más minifundios

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu), la descentralización es vital para el desarrollo de las sociedades, mientras que la centralización debilita la institucionalidad e impide disminuir las desigualdades sociales.

Este criterio le ha servido de justificación a determinados grupos políticos para solicitar la creación de nuevas circunscripciones y así generarle mayores gastos al Estado.

 Se pretende dividir nuevamente la Provincia de Santo Domingo con el alegato de que resulta muy extensa, lo que conforme a la opinión de algunos políticos, “le impide a ciertos sectores barriales ostentar representación”.

Con el propósito de generar mayores empleos a expensas del contribuyente, la clase política desea seguir subdividiendo nuestro mutilado territorio para beneficiar el parasitismo burocrático.

Se supone que el ordenamiento territorial se encuentra a cargo de la Secretaría de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo y también de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Sin embargo, ninguna ha sido consultada para estos fines y vemos cómo algunos miembros de la Junta Central Electoral han afirmado que se proponen reorganizar las circunscripciones de Santiago y de la Provincia de Santo Domingo.

Con el pretexto de que algunas comunidades no conocen a sus representantes, algunos jueces del Tribunal Electoral entienden que procede la subdivisión territorial, coincidiendo así con los grupos políticos que desean aumentar la empleomanía del Estado.

En cambio, estos jueves olvidan que nuestro presupuesto no soporta mayores cargas innecesarias y además es incierto que la extensión territorial constituya un obstáculo para que los electores puedan identificar a sus representantes.

En ese sentido, reducir la demarcación territorial no resuelve los problemas de las comunidades. Precisamente uno de los aspectos que más se ha criticado es el aumento excesivo de la nómina pública. El propio proyecto de reforma constitucional presentado recientemente por el Presidente propone congelar el número de legisladores, lo que denota la intención de evitar nuevas demarcaciones territoriales.

Julio César Valentín, actual presidente de la Cámara de Diputados, apuntó hace algunos meses que de continuar el incremento en la elección de diputados, se verán obligados por razones de espacio a abandonar el hemiciclo en que actualmente operan para trasladarse a sesionar al Estadio Olímpico.

Asimismo, indicó que de seguir el camino que transitamos, en el 2010 tendremos alrededor de 200 diputados, lo que haría colapsar el sistema. En efecto, la cantidad de legisladores no significa una más efectiva labor en provecho de la población.

Es preciso realizar serios estudios de factibilidad que justifiquen la conveniencia social, política, económica y administrativa antes de aventurarnos a crear nuevas demarcaciones territoriales.

En caso contrario, terminaremos convirtiendo nuestro territorio en odiosos minifundios.

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