¡No más tristeza en Navidad!

¡No más tristeza en Navidad!

En Navidad cada ser humano experimenta  una sensación diferente.  Para algunos esta época  se traduce en alegría y algarabía; para otros, en motivo de tensión y, en muchos casos, de  tristeza.

 En definitiva, la  Navidad es una época de contrastes en la que la alegría que se respira en el aire se confunde a veces  con un abatimiento que muchos no saben explicar, ¿por qué se da este doble sentimiento?

Síndrome de diciembre ¿cómo superarlo?

Las festividades de fin de año no son sólo fechas de celebración y regalos. Para varias personas  es sinónimo de nostalgia, pena y hasta algunas lágrimas.

Las emociones están a “flor de piel”, las experiencias negativas y desilusiones se manifiestan de manera inconsciente hasta el punto de entrar en conflicto con los intereses y deseos. Esto es lo que conocemos como síndrome de diciembre una especie de oscura y no palpable sensación de vacío y anquilosamiento que no sabemos describir.

Los expertos lo definen como una ligerísima depresión atribuida al estrés, a los cambios hormonales, abuso de fármacos automedicados, a un mundo agresivo, saturado de información mediática, devastado por guerras y hambruna, contaminado, materialista, vertiginoso y competitivo.  

Pero un  motivo de gran tristeza habitual durante el período navideño es haber perdido recientemente a un ser querido; o incluso, aunque la pérdida del familiar o persona allegada se haya producido hace muchos tiempo, en estas fechas siempre surgen los recuerdos.

Los fracasos

Los grandes reverses duelen. A veces, los fracasos convergen todos juntos; ocurre con el amor, con la profesión, con las metas económicas… y le ocurren a todo el mundo, más tarde o temprano.

  ¿Qué se puede hacer?

Exprese su sentimientos de dolor, y si necesita ayuda profesional, búsquela.

Los expertos recomiendan además rodearse solamente de personas sensibles, solidarias y optimistas.

Extraiga el resentimiento, la rabia que no ha expresado y el dolor:  son ¡toxinas! Sáquelas de tu interior, transfórmelas en una pintura, un poema, una canción, destroce la almohada, llore, cante (aunque en ese momento esté triste), camine, observe a los niños que juegan en un parque… en definitiva, lo que le resulte más placentero y accesible.

En el caso de vencer los fracasos, tener un propósito  ayudará: algo que puede planear, desear y llevar a cabo. No tiene por qué ser una meta difícil; los proyectos y la actividad son la mejor terapia.

    Recuerde que es libre, no ha nacido bajo una estrella funesta, aunque se presenten situaciones desventuradas una tras otra, y no confunda la tristeza con la depresión. La tristeza es un sentimiento natural que se produce por motivos pasajeros. La depresión es una enfermedad que requiere tratamiento psicológico y psiquiátrico.

Es importante ser siempre flexible; no es fácil, pero tampoco imposible. Procure -como propósito para esta fiesta de fin de año- ser libre en todo; no se deje atar por nadie, vívala como sea, sin preocuparse por el que dirán.

Navidad  la época más estresante

Planear las vacaciones, hacer compras de Navidad, hacer el balance del año con el cansancio acumulado convierten el último mes del año en una verdadera carrera de obstáculos. Todo esto hace que aparezcan síntomas de estrés en las personas.

Al terminar el año, todos tienen alguna razón para estresarse: los niños y jóvenes rinden sus exámenes finales; las empresas hacen sus balances y un año de trabajo pesa en los hombros de muchas personas.  Sin lugar a duda a fin de año aumenta el estrés y el asociado a la Navidad, que tiene que  ver con el gasto y las ofertas propias de esta fecha, es muy elevado.

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