No me conviene… llegó en un taxi

No me conviene… llegó en un taxi

Hay lecciones que aprendemos en libros, hay otras que llegan en taxi.

Martha conoció a Iván cuando él llegaba, en un taxi, a la tienda donde ella trabajaba. Se miraron, conversaron y 20 minutos después decidían encontrarse en el cine esa misma noche. Martha se enamoraba de Iván. Iván se enamoraba de Martha. Salieron por algunos meses pero un día cortaron. No volvieron verse (en esta historia no hay facebook, ni bbpin, ni twitter, y nadie googlea a nadie).

Muchos años después, mientras Martha subía la compra al carro, frente a ella se paraba un taxi del que salía Iván. Martha esperó ese taxi durante mucho tiempo sólo para hacerle esta pregunta: ¿Por qué nunca me buscaste, Iván? Él respondé: “Porqué aprendí a aceptar la realidad”. “Cuando terminaste conmigo, dijiste: Iván, la realidad es que eres una persona muy débil, necesito a alguien ambicioso en mi vida, eres bueno pero muy pasivo, estoy segura de que no me convienes.”

“Como ves Martha, me definiste en meses, así que acepté tu decisión. Justo un año antes de conocerte, mi único hijo, Gabriel, de 8 años, murió en un accidente, y a su lado murió Mariana, su hermanita de 6, mi hija menor.

Comprender algo así toma tiempo, sobretodo aceptar tantas veces que en vez de disfrutar de mis hijos tal y como eran, los juzgaba, y cuando uno juzga, Martha, queda muy poco tiempo para amar. No hay muchas opciones : o lo aceptas y vives o te mueres. Si logras aceptarlo e incorporar esa página a tu vida, todo lo demás terminas aceptándolo más fácil, incluso valoras hasta las imperfecciones de quienes te importan, sólo por la suerte de tenerlos de cerca.

No sé, qué es fortaleza para ti Martha, para mí despertar cada día, sin las imperfecciones de mis hijos, esas que antes juzgaba, es una batalla, y finalizar el día, teniendo la certeza de que lo he vivido, es un triunfo.”

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