” No me defienda, compadre”.

” No me defienda, compadre”.

Cuando se lee con atención las declaraciones de Reinaldo Pared Pérez, presidente del Senado, y de Roberto Rodríguez Marchena, portavoz de la Presidencia, los primeros en  “defender” públicamente al presidente Danilo Medina de la imputación de un ejecutivo de Odebrecht  de que recibió recursos de esa constructora, a través  de su asesor  Joao Santana, para financiar su campaña electoral, se da uno cuenta de inmediato  porqué  el mandatario decidió defenderse a sí mismo. La explicación del doctor Marchena, quien le restó veracidad a la información publicada por un periódico brasileño (“ustedes saben cómo se manejan los periódicos…”), fue muy poco afortunada, pues nadie le va a creer que no estaba al tanto, así fuera  de oídas,  de la naturaleza de las actividades de Santana. (Un paréntesis: al escucharle en un programa de televisión recordé aquella expresión, producto de la época en que los dominicanos vivíamos tan “chivos” que nadie se enteraba de nada aunque hubiera sucedido en la puerta de su casa: “si usted supiera que yo no me doy cuenta…”). Y como pareció mas una evasiva, un salirse por la tangente, que una verdadera defensa de su jefe político, probablemente tuvo el efecto contrario al que procuraba el funcionario. Lo de Pared Pérez, vocero oficial del PLD, fue particularmente  llamativo, pues pareció mas interesado en justificar la supuesta financiación de Odebrecht   que en negarla; para el doctor Pared Pérez nada tiene de malo, pecaminoso y mucho menos  ilegal que un candidato reciba “donativos de compañías privadas”. ¿Aunque esa compañía sea extranjera y resulte premiada  con contratos por cientos de millones de dólares por el agradecido candidato una vez se convirtió en Presidente? Es evidente que con defensores así quienes acusan  al gobierno de Danilo Medina, con pruebas o sin pruebas,   de ser beneficiario de la generosidad  interesada de Odebrecht se van a dar banquete.

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