Son muy pocos los géneros de películas que no me gustan, pero siempre aparecen algunos “clavos” que se recuerdan tanto o más que verdaderas obras maestras, lo mismo que producciones extraordinarias que son premiadas por las instituciones reconocidas y donde generalmente se encuentran los elementos por los cuales son galardonadas.
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Hoy me atreveré, como en algunas ocasiones, a recomendarles que tomen aproximadamente noventa minutos de su tiempo libre o en familia, excluyendo los niños, para ver en Netflix la producción mexicana “No negociable” y lo único que les adelanto es que tiene algunos aspectos que podrían parecerse a otras películas de contenido social y político, con la diferencia de que tal vez se sorprenderán cuando concluyan, al igual que yo, en que todo el desarrollo de la trama y episodios importantes podría decirse que fueron copiados de acontecimientos vividos en la República Dominicana.
El final de la producción deja una sutil sospecha de que tendrá una segunda parte o será una serie, pero no disminuye la sensación de provechoso mensaje para los espectadores.