La etapa del No en nuestros niños es una fase normal por la cual pasa la mayoría de los pequeños entre los 18 meses y los 3 años de edad. El hecho de oponerse continuamente a todo, así como el afán de desobedecer y salirse siempre con la suya, son la validación de que el pequeño se desarrolla correctamente. Es una edad en la que el niño quiere hacerlo todo solo, no quiere depender de nadie y se opone a todo lo que signifique control por parte de sus padres.
Es normal que el pequeño empiece a sentirse autónomo, que busque ser independiente, por eso dice no a todo lo que se le pide. La necesidad de hacer las cosas solo es, por tanto, totalmente sana y hay que animarla, en lugar de obstaculizarla. Los padres debemos velar por siempre tratar de encontrar la forma de balancearnos entre dos necesidades básicas: la de convencer al pequeño para que haga caso a las cosas vitales del día a día, y la de mostrarnos autoritarios, pues corremos el riesgo de frenar el proceso que conduce al niño hacia la autonomía.
Hay ciertas recomendaciones comunes para desenvolvernos con sabiduría en esta etapa, optemos por:
– Paciencia y fantasía: es lo mejor para crear pequeños trucos que convenza al niño de hacer caso a lo que le dicen, sin emprender auténticas luchas.
– No tome demasiado en serio esta fase normal: entendamos que cuando nuestro hijo dice No, lo que en realidad quiere decir es: ¿No entiendo por qué? o ¿Es en serio? Esta respuesta no debe ser confundida con una falta de respeto. La época del No es importante para el desarrollo de su identidad y autodeterminación. Procure verla con sentido del humor y, tal vez, dure sólo de 6 a 12 meses.
– No debe castigar a su hijo por decir No: castíguelo, en todo caso, por lo que haga; no por lo que diga. Como usted no puede eliminar el No, páselo por alto.
– Déle a su hijo otras opciones: esta es la mejor manera de hacer que el niño sienta que tiene más libertad y control. Esto a su vez hará que él esté más dispuesto a colaborar. Así, cuanto antes tenga su hijo la impresión de que es él quien toma las decisiones, tanto más pronto terminará su etapa del No.
– Proporcione un tiempo de transición para el cambio de actividades: por ejemplo, si está jugando y se acerca la hora de la cena, avísele 5-10 minutos antes.
Sabiendo esto, es importante manejar bien esta etapa sin presionarnos, ya que quizás el hecho de no poder articular palabras correctamente o expresar con claridad lo que sienten en ese momento, lo que provoca este tipo de negativos; de manera que el NO, generalmente, no es usado por nuestros hijos como sinónimo de desafío ni rebeldía infantil.
No hay razón para que los padres nos preocupemos por esta conducta que, sin duda, puede llegar a desesperarle, pero que por fortuna no tardará en pasar.