No nos hagamos los pendejos

No nos hagamos los pendejos

Mi abuelo, el Coronel, era un hombre valiente,  sólo le tenía miedo a los pendejos;  un día le pregunté: por qué y me dijo: porque son muchos  Facundo Cabral

Un fallecido amigo al que quise querer con sus defectos, como los tenemos todos, solía decirme que la amistad debe regirse, entre otros códigos, por la convicción de que podemos engañar al resto del mundo, pero no engañarnos entre amigos.

La conseja le viene muy bien ahora a la sociedad dominicana, en ocasión de observarse la involución o desguañangue -en tanto grandes partidos- del litoral PLD-FUPU.

Leonel Fernández y Danilo Medina, que son responsables por acción u omisión del fenómeno de disolución que acontece en PLD-FUPU, tienen razones para buscarle la quinta pata a ese gato.

Ambos dan por explicación que el descendimiento que se viene dando entre sus dirigentes, candidatos e incluso autoridades municipales ya electas se debe a que el PRM se los está sonsacando.

Juzgando por su condición, Leonel y Danilo, responsables políticos y personales de la desaparición del Partido Reformista y el Partido Revolucionario Dominicano, en tanto grandes formaciones políticas, quieren igualar el proceso de desmoronamiento de sus partidos con aquel en que -usando los recursos y el poder del estado- el PLD se tragó hasta la casi desaparición al PRSC y al PRD.

Los líderes fupusista y peledeísta, a la cabeza de los dirigentes que causaron el mal de fondo que ahora ataca a sus partidos, buscan responsabilizar a otros para rehuir las responsabilidades de todo tipo que tuvieron en los desenfrenos éticos, institucionales e ilícitos que acontecieron en los 20 años en que tuvieron el control absoluto del país.

Por eso en ellos se entiende que hagan lo que llaman los sicólogos proyecciones, de todo tipo, para tratar de culpar a otros del decricaje de sus partidos.

Pero que comunicadores e instituciones de la sociedad civil a los que se reputa de objetivos le estén haciendo el juego a Leonel y a Danilo en sus explicaciones tan baladíes, yo al menos no me lo explico.

Lo que está ocurriendo con PLD-FUPU no es cosa de transfuguismo ni de que les estén sonsacando dirigentes.

Por los hechos y las circunstancias en que se están produciendo las renuncias, desafecciones y las caídas en las encuestas de los candidatos y partidos FUPU-PLD, se evidencia que no se trata de fenómenos aritméticos, a cuentagotas, sino de deserciones geométricas, en masa, de abdicaciones de grupos como respuesta a la traición de los líderes que cambiaron principios e ideales por el poder del dinero.

Hace ya más de un mes que en base a mis conocimientos sobre la historia del nacimiento, desarrollo y caída de la matriz PLD-FUPU vengo vaticinando que asistimos a la vuelta del voto duro que tuvieron antes del crecimiento de 1990.

Entonces se beneficiaron de la división del PRD y luego del gigantismo electoral de 1996, cuando para cerrarle el paso a la Presidencia de la República a José Francisco Peña Gómez, Joaquín Balaguer impuso en el poder a Leonel Fernández y al PLD.

Pero entonces aquellos polvos trajeron estos lodos. El trueque de “El Nuevo Camino” -concebido por Bosch en principios éticos y democráticos- por las prácticas trujillistas y post trujillistas de que “el poder es para usarlo”, llevaron a Leonel Fernández, Danilo Medina y al PLD, a perpetrar dos décadas de corrupción, impunidad y desconocimiento de la institucionalidad democrática.

NADIE puede decir ahora que el desbarajuste PLD-FUPU puede representar peligro alguno para la democracia.

No nos hagamos los pendejos.

La bancarrota de los líderes PLD-FUPU, les viene del pago de responsabilidades históricas que no han sido expiadas, dirían los religiosos, o autocriticadas, según el discurso revolucionario de antes.

En realidad, el pueblo y su propia gente no les perdonan que causaran tanto latrocinio, y que vinieran a usar los procesos electorales de ahora para disfrazarse de macaraos politiqueros y seguir caravaneando como si nada pasó.

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