No pegan una.– Demasiado ocupados en montar la convención que lo reeligió en la presidencia del PRD, no es de extrañar que a Miguel Vargas Maldonado y sus asesores se le pasaran los cartones y reaccionaran demasiado tarde al anuncio del Poder Ejecutivo, al presentar en sociedad el reglamento para la aplicación de la Ley de Naturalización, de que se otorgaba un plazo de diez días para que todo el que quisiera opinar hiciera las sugerencias y observaciones que creyera pertinentes. Y como el reelecto presidente del PRD está urgido de pasar la negra página de la convención y todo lo que allí ocurrió, y que la sociedad dominicana que contempló con estupor el deplorable espectáculo también lo olvide, nada mas adecuado a ese propósito que actuar como si este fuera en verdad un partido de oposición involucrándolo en el debate de los grandes temas nacionales. El zarandeado reglamento 169-14 es, ciertamente, un excelente pretexto para que el PRD “institucional” cumpla el rol que está llamado a cumplir en la democracia dominicana, y el gobierno le hizo el juego recibiendo en el Palacio Nacional, fanfarria incluida, a una comisión de sus dirigentes que allí hizo entrega formal de los cambios y modificaciones que proponen hacerle a la pieza. Solo dos días después de esa visita, de las fotografías en primera plana, de las pretenciosas declaraciones de los comisionados, el gobierno le saca la alfombra de los pies con la información ofrecida por el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, César Pina Toribio, de que el Reglamento fue publicado en la Gaceta Oficial el pasado 29 de julio, con lo que entró en vigencia, por lo que ya no es posible cambiarle ni una sola coma. Y aunque no suene muy sociológico lo que voy a decir, o no le guste a los perredeístas “institucionales” que acaban de hacer el papelazo, no encuentro mejor forma de resumirlo: definitivamente, Miguel Vargas Maldonado y su comparsa no pegan una.