Sin duda alguna, Anthony Ríos debe considerarse un hombre afortunado. A pesar de haber vivido una vida desenfadada, sin regirse por normas de salud, haciendo prácticamente todo lo que ha querido, aunque no sea saludable para él, y con una artería obstruida que amenazaba en todo momento con arrebatarle su intensa vida, el cantante recibe una nueva oportunidad para vivir con mejor calidad.

Tras un encuentro con la prensa en Hospiten, con el equipo de doctores que lo operó el pasado jueves, se dejó pasar, en grupos de cuatro y por apenas treinta segundos, a los periodistas para ver al artista.
Rodeado de un grupo de médicos, Ríos, de 65 años, esperaba sentado en su habitación en medio de dos búhos de cerámica.

Con rostro agotado y una sonrisa a medias, respondió al preguntarle que cómo se sentía: “¡Muy contento!, yo no pensé que había realmente ese grado de tecnología en República Dominicana”. Esta percepción la tenía porque en Atlanta le habían comentado que en el país no había equipo técnico para la cirugía de corazón abierto que necesitaba, pese a esto no se arriesgó a salir del país y decidió poner su vida en manos de médicos criollos.

En tono de broma, destacó: “El doctor Cuesto corrió con una gran responsabilidad, porque anestesiar a una vaina como yo”.

También agradeció al doctor José Maldonado, su médico de cabecera por darle seguimiento y apoyarlo en todo momento. “Ver al doctor al lado mío fue maravilloso”, expresó con cariño el cantante.

Los doctores destacaron que Ríos mantuvo el buen humor que lo ha caracterizado, en todo momento, esto se corroboró de inmediato con uno de sus comentarios: “Tengo por llevarme a dos, a una tal Odile y a otra negrita”, refiriéndose a las chicas del personal del hospital, dejando en claro que su traje de Don Juan no se lo quita ni siquiera en estos momentos.

El doctor Wascar Roa, jefe de cirugía cardiovascular de Hospiten, destacó que si lleva de forma estricta todas las indicaciones y recomendaciones médicas, dentro de un mes se podría evaluar el estado de salud del cantante, para ver la posibilidad de que regrese a sus actividades artísticas.

Estaba delicado. El doctor Roa apuntó que Anthony “tenía una obstrucción de 95 % en la arteria principal del corazón, que es la artería coronaria izquierda. Los pacientes que tienen lesión de tronco están sujetos de hacer un infarto y morir en cualquier momento. Esto se puede producir por diferentes factores; pueden ser genéticos, la acumulación de grasa en las arterias, y otros que se van adquiriendo.

Ser cuidadoso con la alimentación, tomar sus medicamentos a tiempo y realizar ejercicios son parte de las recomendaciones de los doctores para que el artista siga estable y viva más con estos nuevos puentes de arterías que duran aproximadamente 25 años.