No quieren resolver casos barrios Ozama, Isabela

No quieren resolver casos barrios Ozama, Isabela

Durante las gestiones de Hipólito Mejía y la primera de Leonel Fernández no se hizo prácticamente nada para resolver la difícil situación de los barrios situados a orillas de los ríos Ozama e Isabela debido -ante todo- a la falta de voluntad política, afirmó ayer el vicepresidente del Consejo Nacional de Asuntos Urbanos (CONAU), Emilio Brea García.

A su juicio, todos los partidos políticos deberían asumir el compromiso de empezar y dar continuidad a los trabajos en las riberas de los ríos que circundan la capital, pues se trata de un trabajo a largo plazo, quizás de 20 años o más.

Estimó el funcionario que en la orilla del río además de casas decentes, se pueden crean condiciones paisajísticas adecuadas, plazas y parques de esparcimientos que dignifique la vida de sus residentes.

Afirmó que hasta ahora eso no ha sido posible, «porque no hay voluntad política, no hay quien decida que se va a hacer así».

En su opinión en el país prima la «irracionalidad» en el uso de los recursos públicos y esa es la única explicación para que no se haya comenzado el trabajo que hay que hacer con los barrios de la orilla del río.

Dijo que lo primero que hay que hacer para resolver el problema de esos barrios marginados es un saneamiento ambiental y físico de la zona, pues la gente no puede seguir viviendo en chozas.

Asimismo, Brea García destacó que hay que sacar una parte de la gente que viven encima del río, para sacarlo del peligro.

Indicó que además se debe buscar una solución a los desechos sólidos, garantizar agua potable, sistemas cloacales a los barrios del entorno, plantas de tratamiento en cada barrio.

Consideró que todo estos trabajos de saneamiento debe ir acompañado de un proceso de educación para que la gente de allí aprenda a vivir en un ambiente urbano.

En su opinión es posible aprovechar todo el terreno en que están levantados cerca de quince barrios a orilla de los ríos, pues hay puntos altos en los que se puede permitir el desarrollo físico del barrio y el espacio en que no se pueda levantar viviendas seguras, se pueden construir parques para el esparcimiento de la gente que viven en las inmediaciones y así no tiene que bajar todo el mundo al Malecón.

«Pero hay que prever que puede venir una acometida, un temporal, como ya vimos con el ciclón David, George, y como desgraciadamente acaba de ocurrir en Jimaní», expresó.

Manifestó que si el río decide un día reclamar su territorio, se va a llevar miles de familias de los barrios que se han levantado en la ribera del Ozama y el Isabela.

[b]EL AREA MAS HERMOSA[/b]

El arquitecto Brea García destaca que la zona del río Ozama y el Isabela es la más hermosa de la ciudad de Santo Domingo.

Señaló que en muchos países, los más ricos construyen sus viviendas precisamente en lugares cercanos a los ríos para tener una vista panorámica más agradable, «pero aquí lo hacemos todo al revés».

Si en lugar de estar en Santo Domingo, el Ozama quedara en Londres, su ribera estuviera llena de casas de millonarios y tuvieran botes y hidroplanos.

[b]UNA VERGÜENZA[/b]

Dijo que durante el gobierno de Leonel Fernández (1996-2000) se establecieron algunos lineamientos de política de desarrollo con el Plan de Reestructuración Social, Urbana y Ecológica (RESURE) de los barrios marginados de la ribera de los ríos Ozama e Isabela.

Ese plan implicaba un alto costo de inversión social, en la parte física, desarrollo humano, capacitación, consolidación de estructuras habitacionales, saneamiento acueductos, iluminación.

Consideró que el proyecto se hizo en base a un planteamiento muy serio y honesto, «pero lamentablemente, ni el gobierno pasado (de Fernández) ni este pudieron asumir los trabajos en su momento».

Dijo que siempre se alega el alto costo de estos trabajos, que al momento de ser presentado se estimaba en alrededor de RD$7 mil millones.

Sin embargo, añadió, el país se involucra en el montaje de unos Juegos Panamericanos, que al decir de algunos costaron RD$10 mil millones, «pero hemos sido incapaces de invertir RD$7 mil millones para solucionar el problema a más de 15 mil familias».

Brea García consideró una «gran contradicción» y «una vergüenza» desde el punto de vista político y social, que el país invirtiera una gran cantidad de dinero en el montaje de unos juegos «para beneplácito de grupos» mientras millares de personas viven en condiciones deplorables a orilla de los ríos en la misma capital de la República.

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