No se deje provocar, general Guzmán Fermín

No se deje provocar, general Guzmán Fermín

UBI RIVAS
Al recién designado jefe de la Policía Nacional, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, como policía veterano y además, hijo de guardia viejo, sabe que no le es permitido dejarse provocar por la canlla que comparte con el Estado la violencia, algo que deben monopolizar sólo los estados.

Es posible que este ha sido el jefe policial al que han «saludado» con el dossier mayor de fechorías, asaltos a camiones con electrodomésticos, alimentos, combustibles, estaciones de gasolina, crímenes «menudos», una pasmosa orgía de violencia para conducir al jefe policial al terreno que no debe, y que él debe planear todo lo contrario, conducir a la canalla al suyo, que es la ley o el exterminio.

Aprovechando perversamente, por demás que el presidente Leonel Fernández se ausentó el día 15 del presente mes a Estados Unidos para intentar solucionar proyectos financieros de alta envergadura, para beneficio de todos, y así que el propósito de los delincuentes encaje mejor en su logística luciferina.

El general Guzmán Fermín, tenido como un «duro» en la institución del orden, es precisamente aguijoneado en sus flancos débiles, emplear la «muñeca», y así aguarle la reelección al presidente Fernández, en un aquelarre altamente suspicaz.

El 18 de este mes de septiembre, una noticia insertada en el diario cibaeño La Información, consigna que el Plan de Seguridad Democrática en Santiago (Barrio Seguro), y conforme a un experticio de Voluntariado por la Seguridad de Santiago (VOSES), señala que la población percibe que Barrio Seguro no funciona.

Alegan que en la no rotación de los cuartales, que implica, según el informe, complicidad, es el motivo principal de lo que atribuyen fracaso de Barrio Seguro.

Esa es una de las causas evidentes del sostenimiento y/o auge de la delincuencia en las barriadas carenciadas, aunque en la entrega del suscrito a El Nacional del día nueve del presente mes, añado la sustancia de que Barrio Seguro, extensivo a país seguro, nunca funcionará sin los aditamentos del sector oficial como el privado en el aspecto social, alimentos, medicinas, empleos, ayuda siquiátrica.

Sin esos «aditivos», Barrio Seguro y País Seguro, constituirá un rotundo fracaso, porque la terapia no se circunscribe a predicar, a que los pastores religiosos variopintos que interactúan en las barriadas esparzan el pan de la verdad cristiana, sino que es obligatorio condimentarla con lo material.

La referencia de su oriundez de Villa Juana traza la normativa correcta en el presidente para pautar las providencias heroicas y superar así el hoy desbalance desfavorable para el Estado y lo incline hacia los antisociales. También su vivencia en la Gran Manzana donde se recibió de bachiller, resultan ricas experiencias para implementar la logística correcta, eficaz y superada.

El general Guzmán Fermín no es un policía «cajota», es decir, empírico, sino un oficial académico, fogueado en los comandos de los cuarteles, y sabe muy bien que todo cuando expongo abedece a las más absoluta verdad y también, al mayor anhelo de que su jefatura triunfe y el país con él, y finalmente porque sabe que lo aprecio desde una generación anterior a la suya.

Pero como no hay hombres sin hombres, el más formidable auxiliar de la Policía no es el aparato de la judicatura, sino la comunión con el pueblo que suspira seguridad, paz, cierto que con «mano dura», pero también con los adminículos e instrumentos elementales que relato y que vertebran esta entrega.

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