He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; Isaías 59:1 a los pueblos, a las naciones, a las familias, a las provincias, a los barrios, a las personas, a los creyentes y a los no creyentes, le llegan muchas situaciones desagradables, que le generan pérdidas materiales, emocionales o espirituales. Pero no se dan cuenta por qué ni de dónde vienen.
Cuenta la Biblia que a Gedeón se le apareció un ángel de parte de Jehová, el Dios del cielo, de la tierra y debajo de la tierra, y le dijo que él era un varón esforzado y valiente. Y Gedeón respondió: Ah, Señor mío, si Jehová está con nosotros, por qué nos ha sobrevenido todo esto? Muchas veces se pregunta o se cuestiona a Dios, si él existe, y si él está con alguien por qué le llegan tantas cosas negativas. Y le pregunto al enviado del Señor: Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Ahora Jehová nos ha desamparado… (Jueces 6:12-13).
Los medianitas cada cierto tiempo visitaban a los hijos de Israel, subían y los atacaban; es como si aumentara cada día la delincuencia y la inseguridad y se llenaran naciones de incertidumbres y conflictos, como Venezuela por ejemplo.
En ese entonces, los medianitas no dejaban que comer en Israel, las condiciones económicas se tornaban cada vez más difíciles; destruían los frutos de la tierra; es como cuando llueve en exageración y se dañan las cosechas y las siembras; los medianitas no dejaban que comer, ni bueyes, ni asnos. (Jueces 6:3-4).
Entonces, Gedeón salía cada cierto tiempo, temeroso, sacudiendo el trigo en el lagar para esconderlo de los medianitas, y se escondía en las cuevas. Pero el ángel le decía que el era un varón esforzado y valiente; Dios no ve solo la circunstancia sino el propósito que tiene para cada uno en la vida. Gloria a Dios!
No se había reducido el poder ni su fuerza ni autoridad, sino que simplemente como los hijos de Israel hicieron lo malo, Dios los entregó en manos de Median por siete años. (Jueces 6:1).
Como el gorrión en su vagar y la golondrina en su vuelo así la maldición no viene sin causa. (Proverbios 26:2). No se había acortado la mano de Dios, sino que las inequidades habían hecho división entre Dios y los hombres; y los pecados habían hecho ocultar el rostro de Dios para no oír su clamor, hasta que se arrepintieran y pidieran perdón.