La detección de varios  casos de cólera entre dominicanos y extranjeros que asistieron a un acto social en una villa turística del este del país, obliga a pensar que las autoridades del Ministerio de Salud Pública deberían reconsiderar la estrategia epidemiológica seguida para tratar de contener el avance de la enfermedad.

Hasta donde se sabe, los resultados de las indagaciones sobre las posibles vías de contagio han conducido a la sospecha de que la bacteria pudo haber llegado en langostas capturadas en el litoral de Pedernales.

Esto  obliga a ampliar hacia los alimentos de origen marino  los controles sanitarios que en principio han sido aplicados para la pesca y el baño en ríos.

El contagio por cólera en un evento de alto nivel indica hasta dónde es peligroso el avance de la enfermedad.

 El Ministerio de Salud Pública, que ha agotado  esfuerzos exitosos para detectar casos de cólera e identificar las vías de contagio, tiene ante sí, con este caso, nuevos elementos a tomar en cuenta en la estrategia de prevención.

Mientras, la población deberá continuar extremando la higiene personal y en la manipulación y consumo de alimentos, sobre todo aquellos vendidos en las calles. Está visto que ante el cólera no se puede bajar la guardia.

Desplantes a la institucionalidad

La decisión que designa un secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD) por un año -no por cuatro años como manda la ley- constituye un desplante a la institucionalidad del país, en el que lamentablemente se ven envueltos los partidos políticos que pugnaban por esa posición.

El hecho de suplantar con arreglos grupales lo que taxativamente dispone la ley supone una falta grave al ordenamiento jurídico que norma los actos de Estado.

 Mediante una asamblea con características de espectáculo se ha hecho un arreglo que impone algo muy distinto a lo que manda el artículo 105 de la ley 176-07 del Distrito Nacional y los municipios.

Con este desplante, los grupos políticos que aspiran a dirigir la LMD han vuelto a actuar apegados al criterio de que el fin justificaría los medios.