No se trata solo de Danilo y Leonel

No se trata solo de Danilo y Leonel

La situación interna del PLD no se limita a un choque de trenes por una candidatura, a la usanza de los PRD, se trata de una situación inédita en un partido caracterizado por la disciplina y la unidad, con cinco victorias consecutivas, con excelentes obras de gobiernos y cuyo enfrentamiento actual pone en grave riesgo la permanencia de la organización en el poder mas allá del 2016, el actual sistema de partidos e incluso el sistema democrático.

El presidente Danilo Medina reúne todos los méritos para continuar un periodo adicional por la popularidad, cimentada en una buena obra de gobierno y en una oposición que prefirió dirigir sus cañones y campañas de calumnias en contra del presidente del partido. Lamentablemente pesa el impedimento constitucional de la reelección; tema que ha sido una especie de péndulo en nuestra historia republicana y no es accidental que nuestra Carta Magna desde 1844 ha sido modificada 38 veces por ese tema, con la finalidad de ajustarla a los intereses del gobernante y funcionarios de turno.

Por este tema el país se vio en un tranque electoral, del cual salió en 1994 con una reforma estableciendo, entre otros, la prohibición de la reelección consecutiva. Bien no se logró, cuando ocho años después, empujado por la supuesta popularidad, Hipólito Mejía perdió su prestigio de político honesto al impulsar la modificación, a puro papeletazos, contrariando una norma de piedra del PRD: el rechazo a la reelección.

La actual Carta Magna fue fruto del trabajo de una docena de expertos constitucionalistas dominicanos, de la asesoría de juristas extranjeros, consultas populares en todo el país y un gran acuerdo entre el PLD y el PRD. Se suponía que una Constitución con esa génesis, elogiada a nivel mundial, debió permanecer décadas sin ser tocada y si era necesario modificarla, por el imperativo que fuere, hacerlo como ella misma establece con la premisa del referéndum.

El costo político de este trance podría significar la derrota del PLD en 2016, independiente del candidato que sea. ¿Qué la oposición está dividida? Eso es una quimera triunfalista, pues un candidato como Luis Abinader, si hoy derrota a Hipólito Mejía, con un frente opositor que incluya a Guillermo Moreno, en ruta ascendente de acuerdo a varias encuestas, podría unificar a una opinión pública que observa estupefacta que en el PLD está ocurriendo “lo que siempre se ha hecho”.

Para el presidente Danilo Medina tendrá un costo político, pues independiente de si haya o no reforma, ya la oposición y la sociedad civil están desplazando el centro de sus críticas de Leonel Fernández a su gobierno. Cuánto daño a la bien ganada credibilidad y confianza del primer mandatario el que la ciudadanía sospeche se ha iniciado una cacería en el Congreso y que algunos comunicadores incluso mencionen el monto de las ofertas.

Danilo Medina y Leonel Fernández están a tiempo de disminuir los daños colaterales y evitar que toda la organización y sus dirigentes caigan en el desprestigio total por el tema de la corrupción y el uso de los recursos del Estado. Baste escuchar las opiniones de la Iglesia, los comunicados de organizaciones como Participación Ciudadana o de comunicadores opositores que hasta ahora mantenían una luna de miel frente al Gobierno.

Danilo Medina y Leonel Fernández ya son figuras históricas que trascienden a sus respectivos intereses y de sus simpatizantes; ambos están obligados a buscar una solución que garantice la unidad interna, la continuidad del PLD más allá de 2016 y la preservación del actual sistema de partidos, con todos sus defectos, y evitar que alternativas independientes, como ha ocurrido en la región, se cuelen y sean medicinas peores que la enfermedad.

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