BUENOS AIRES, (AFP) – La vocera de la embajada de Estados Unidos en Argentina, Shannon Farrell, negó este jueves que los diplomáticos de su país hagan espionaje, pero admitió la «incomodidad» que produjo la filtración de documentos confidenciales por el sitio WikiLeaks. «No somos espías. No hacemos espionaje. Recabamos información.

El hecho de que lo hagamos en privado no implica que seamos espías», dijo Farrell a la radio El Mundo. La diplomática insistió en que «nuestro trabajo es y siempre ha sido generar contactos e informar a nuestro país. Mucha gente no sabe cuál es la función de un diplomático.

El tema es que la información debería mantenerse en privado». «Ahora que se han publicado (los cables) entiendo que mucha gente está incómoda por lo que está escrito en los informes y les puedo asegurar que también nosotros estamos incómodos», admitió pero desestimó cambios en el Departamento de Estado. «No va a haber renuncia de (Hillary) Clinton.

Para nosotros es una líder extraordinaria», afirmó. Un cable del Departamento de Estado de diciembre de 2009 y enviado a la embajada en Buenos Aires pide indagar sobre el «estado mental y salud» de Kirchner. «¿Cómo controla Cristina Fernández de Kirchner sus nervios y su ansiedad?

¿Cómo afecta el estrés a su conducta con sus asesores y/o en su proceso de toma de decisiones?», pregunta un telegrama enviado a Buenos Aires. Los diarios argentinos revelaron este jueves nuevos cables que involucran a integrantes del gabinete de la presidenta Cristina Kirchner.