MLB.com. DALLAS. Albert Pujols está lejos de ser el primer superestrella en la historia del deporte profesional en dejar a su único equipo justo en la cima de su carrera.

Pero en la historia de Grandes Ligas, esto realmente no tiene comparación.

Pujols es –perdón, fue- el equipo de los Cardenales de San Luis. Más que haber sido la cara de la franquicia, el dominicano fue el alma de una de las más grandes ciudades beisboleras.

Ahora, se ha ido. Su partida a Anaheim tuvo un precio de $250 millones por 10 años.

Los Angelinos de Los Angeles/Anaheim le han pasado un pedazo de carbón a Stan Musial, cuyo nieto había tuiteado una foto de «El Hombre» sosteniendo una pancarta con la leyenda, «Lo único que quiero para Navidad es a Pujols con el uniforme de los Cardenales».

Y sin duda esta noticia le rompió el corazón a muchos aficionados de San Luis.

El dinero manda, no importa si eres un mortal o «La Máquina».

La lealtad tiene su límite y, más aún, su precio. Desde el día en que Pujols rechazó la última oferta de los Cardenales previo a los entrenamientos primaverales del 2011, se podía sentir que las cosas no terminarían bien.

Pocos, sin embargo, esperaron que el mercado de Pujols – como uno de los mejores peloteros en la historia- se extendiera hasta este nivel.

Al menos no con los Yankees y los Medias Rojas fuera de la contienda por sus servicios.