El doctor Guido Gómez Mazara no se está dando cuenta de que el Partido Revolucionario Dominicano está en su mejor momento y en su justo sazón. El otrora consultor jurídico del Poder Ejecutivo no se percata que su ascendente liderazgo está descendiendo, perdiendo fuerza y viene en declive por sus críticas públicas un tanto fuera de control.

Guido no logra percatarse de que su imagen ha empezado a entrar en un estado de deterioro que más temprano que tarde lo puede sepultar en el tiempo.

La urticante y desafortunada postura frente a su propia organización partidaria, lo colocan en una pendiente enjabonada rumbo al despeñadero. El futuro de este joven grandulón se diluye.

Ni los perredeístas, ni la oposición política están en Guido.

Nadie asume su retaliación frente a las autoridades de su partido.

Con su postura Guido promete quedarse solo en un escenario que es propicio para hacer oposición, porque quien está en el poder es el Partido de la Liberación Dominicana y no Miguel Vargas y el Partido Revolucionario Dominicano.

Guido tiende a quedarse sin aplausos, porque nadie se abraza a sus sectarios pronunciamientos y mucho menos asume su postura de revancha y enfrentamiento con el presidente de su organización política.

Guido se está reduciendo políticamente, porque su discurso se desvanece y se apaga el pebetero en sus manos.

Una franja importante de la población, organizaciones de la sociedad civil y la oposición tienen sus oídos y miradas puestas en el quehacer del gobierno peledeísta.

Los perredeístas se preparan para darle inicio a su primer congreso nacional en el cual quedarán definidas las políticas públicas, fortalecerán sus frentes de masas, su relación con organizaciones políticas de oposición, sociedad civil y los medios de comunicación, para a partir de éste saber el tipo de oposición que han de hacerle al partido en el poder. El PRD está en la obligación de hacerle oposición al PLD, asumiendo la lucha reivindicativa y las necesidades de un pueblo que ha visto desvanecer y frustrar sus aspiraciones debido al desastre que representa la administración actual, encabezada por el Partido de la Liberación Dominicana.

El PRD está obligado a impulsar procesos trasparentes y éticos en su interior y convertirse en el abanderado de las grandes transformaciones que demanda el pueblo dominicano. Con la realización de su primer congreso debe adecuar al PRD a los requerimientos del presente y a las demandas de la sociedad, asumiendo una orientación política que permita trillar el verdadero camino hacia la toma del poder político en la República Dominicana.

La unidad monolítica de los perredeístas, la educación, la confianza, la formación y la capacidad de gerencia y formulación de propuestas deben ser los ejes y componentes sobre los cuales ha de forjarse su filosofía de trabajo.

En el marco de este importante evento, el PRD debe promover, replantear y firmar un acuerdo de amor, amistad y cariño con sus propias bases.