No todo es rosa para las mipyme

No todo es rosa para las mipyme

Las mipyme están -hay que reconocerlo- en el mejor momento de su historia. Se las toma en cuenta, la política oficial las ha hecho sujeto de crédito bancario y la asistencia, con altas y bajas,  fluye y se deja sentir.  Pero no todo es color de rosas y de vez en cuando a la mesa de las mipyme llega más ruido que nueces. La porción que hasta ahora les ha  tocado del pastel de las compras y contrataciones estatales está lejos de ser lo que se dice. Ha surgido un tipo de competencia desleal, pues grandes empresas  han creado  sus micro-empresas para comerse el caramelo que les toca a las auténticas mipyme. Y empeora las cosas el hecho de que los términos de referencia y requisitos de algunas licitaciones simplemente las deja fuera de competencia.

   Ayer, la directiva de Codopyme participó como invitada al almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio. De sus integrantes provienen las quejas reseñadas en este comentario. Si alguien duda de la seriedad de estas quejas, que explique entonces las razones que ha tenido el Poder Ejecutivo para emitir el decreto 164-13, disponiendo  que todas las instituciones públicas, sujetas a la Ley 340-06, de Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, adquieran lo que ofertan las  mipyme. Aspiramos a que ese mismo decreto sea una indicación de que el Poder Ejecutivo atenderá las quejas que han expuesto las micro, pequeñas y medianas empresas.

Una mina inexplotada

La capital de nuestro país tiene un patrimonio de enorme valor en el contexto histórico. Para una nación que tiene el turismo como una de sus principales fuentes de ingreso y empleo, la explotación de la riqueza histórica debería ser una prioridad. Santo Domingo, con su zona colonial, monumentos colombinos y atractivos naturales,  es un tramo insoslayable de la historia de América y un testimonio del descubrimiento.

La explotación racional del turismo urbano debe ser, pues,  una meta a seguir a través de un plan que rescate los monumentos históricos, le devuelva su esplendor a la zona colonial, mejore la infraestructura y cree las facilidades necesarias para el acceso de envejecientes e impedidos físicos. En otras partes del mundo, la memoria histórica viviente es una mina en constante explotación. En la meta de conquistar diez millones de turistas debe figurar como oferta ese patrimonio histórico tan valioso.

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