No todo está perdido

No todo está perdido

Siempre provoca disfrute descubrir lo que piensa la verdadera militancia política peledeísta. Pude comprobarlo cuando tuve la oportunidad de conversar con un compañero que no ha caído en la trampa del clientelismo y de la corrupción.

Un adulto que no olvida cuando la honestidad de Bosch, los círculos de estudio y los organismos de base todavía eran importantes al momento de tomar decisiones. Hablamos de aquellos tiempos en que los organismos hacían “guardia” en la Casa Nacional y la discusión del contenido del periódico Vanguardia del Pueblo se llevaba a cabo por conciencia. Era aquel un pasado decente cuando prestar servicio de escolta en la casa de Juan Bosch era un gran honor y nadie se avergonzaba por “banderear” para recaudar fondos. Tiempos en que la humildad era una consigna obligatoria y la arrogancia estaba excluida. En fin, hablamos extensamente sobre la bella época que tuvo lugar antes de que el Partido de la Liberación Dominicana se convirtiera en un mercado de sumisiones y compra-venta de voluntades para que un pequeño grupo tratara de endiosarse y enriquecerse a velocidad supersónica.

Luego de la sesión de nostalgias el compañero hizo una pausa y aclaró su garganta para decir: “No todo está perdido compañero. Creo que ahora se está creando conciencia de que los excesos del Comité Político tienen que ser frenados.”

Sorprendido por el tono enérgico que adoptó el viejo militante pregunté: “¿Cómo se logra esa recuperación mientras esta gente tiene todos los recursos del Estado para utilizarlos sin control alguno?”

“Yo no sé, contestó, pero veo señales de que hay compañeros dispuestos a enfrentar la filosofía de la invencibilidad que ha inventado y mantenido el compañero presidente Leonel Fernández.”

Y entonces inició su análisis del mensaje recibido por las bases peledeistas tras la victoria de Serulle en la sindicatura de Santiago durante las pasadas elecciones, “Ese compañero resistió la imposición del Comité Político para reelegir al balaguerista José Enrique Sued y demostró que la invencibilidad del grupo del presidente Leonel es un mito fabricado por sus consultores extranjeros. Esa victoria de Serulle abrió muchos ojos de gente que creía era imposible derrotar a esa maquinaria clientelista.

La acotación sirvió para que mi memoria se activara y recordé cómo poco después de ese hecho empezarían a aparecer vallas de campaña, aparentemente extemporáneas, con la imagen de Danilo Medina. Se me ocurrió que ya Danilo había empezado a promoverse y demostrar que estaba dispuesto a enfrentar la maquinaria clientelar de Leonel. Mientras, seguía asombrado al escuchar a un peledeísta de los viejos tiempos hablar sobre ese despertar a lo interno de una organización que dejó de ser Partido político para convertirse en mercado persa.

Fue entonces cuando el compañero exclamó, usando una frase habitual entre los jugadores de dominó: “Danilo está buscando el tranque para que le cuenten las fichas. Ya está bueno de creer que el compañero Leonel está ganado sin que le cuenten los votos como pasó el otro día cuando por una supuesta aclamación del Comité Central, el Comité Político se prolongó en su mandato por otros cinco años. Y como dice la compañera Minou Tavárez, “las unanimidades son siempre sospechosas”. No es verdad que todos estuvieron de acuerdo. Ellos no quieren que se les cuenten los votos de los organismos, ni de los militantes y miembros.

Quieren que se les crea porque sí, siempre que sea para seguir mamando de la teta del gobierno.”

El viejo peledeísta no paró ahí. Tenía cuerda propia y se notaba que hacía tiempo quería desahogarse. “Esas unanimidades no son más que señales de debilidad y de que el compañero presidente Leonel no confía ya en que sólo comprando conciencias y haciendo promesas podrá mantenerse en el poder. Como también es señal de debilidad que ahora inicie una serie de reuniones semanales por todo el país para promover su repostulación a la Presidencia aún cuando tenga que modificar la Constitución que todavía no se ha aplicado.”

Terminó diciendo: “Compañero, hágame caso. No todo está perdido en el Partido de la Liberación Dominicana. Todavía estamos a tiempo para desalojar a los corruptos y volver a nuestro pasado de decencia y honestidad. Apueste a eso”.

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