No todos cabrán en la patana

No todos cabrán en la patana

Luego de conocidas las noticias sobre la posible conformación de acuerdos electorales, uno entre el PLD, PRD, PRSC y otros partidos del Frente Patriótico, que en cierto modo desconcertó a mucha gente, y otro entre el PRM y la denominada concertación o convergencia, se ha comenzado a escuchar una consigna en el sentido de que no todos cabrán en la patana, en referencia a que si no se definen rápidamente entre alguna de las opciones, podrían quedar fuera del reparto, especialmente quienes aspiran cargos electivos en las elecciones del 16.

Y aunque las cosas todavía no están lo suficientemente definidas, a pesar de las reiteraciones de alianzas y de algunos nombramientos recientes, no es de dudar que en las próximas semanas se aceleren los saltos de dirigentes o aspirantes de un lado a otro, evitando que se acaben los espacios o buscando nuevas alternativas. Porque como he expresado en múltiples ocasiones, producto de que ya en la nueva onda política no priman los principios ideológicos ni la mística, si no las oportunidades, muchos tratarán de encontrarla donde estimen que hay más chance. Donde puedan continuar o llegar.

Pero a pesar de que dentro del PLD, muchos que se promueven como posibles candidatos a cargos electivos pudieran ver tronchadas sus aspiraciones producto de dichos acuerdos, como están en el poder, podrían manejarlo o controlar cualquier disgusto interno, pero ese fenómeno de búsqueda a todo costo de posibles candidaturas congresuales y municipales, probablemente se producirá de forma mucho más acentuada en la oposición, especialmente entre los que forman parte del PRM y el PRD, sin dejar de lado al PRSC.

El pragmatismo y en cierto modo la pérdida de mística o de fe en sus partidos, está empujando a sus dirigentes a poner mayor interés en el aprovechamiento de las oportunidades. Todo lo cual, si no actúan con la debida cautela o las dirigencias no imponen un grado tal de disciplina, podrían encaminarlos a situaciones muy difíciles.

El paso de dirigentes de un partido a otro, ya no necesariamente se produce en función del interés nacional, de un proyecto o de un programa de gobierno, sino, por las oportunidades que se les ofrezcan. Si no tienen chance en uno, pues se van a otro sin ningún rubor.

Por esas razones casi seguro se producirán muchos saltos y reversas, de unos con tendencia a tomar decisiones aceleradas entendiendo que el momento les era oportuno para beber agua limpia, y de otros que prefirieron esperar, pero como su sentido de poder y oportunidad es quien en definitiva los mueve, los veremos reculando o saltando. Porque sus principios no son otros que las oportunidades.

No es que antes no sucedía, pero no así. Ahora hay dirigentes que cambian de organización como si nada, y como los partidos no tienen filtros, si no que los que se consideraban malos del otro lado, dejan de serlo cuando se les unen a ellos, continuará la búsqueda de oportunidades aunque sea en la cola de la patana.

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