No vayas al masajista si…

No vayas al masajista si…

La terapia con masajes es un método efectivo para tratar diversas dolencias. A través de la manipulación de los tejidos blandos del cuerpo: músculos, tendones y ligamentos, se liberan tensiones emocionales que causan dolor físico.

No obstante, existen situaciones en las que están contraindicados o en las que es necesario tomar precauciones:

Embarazo: no se deben tocar el abdomen ni el sacro, ya que masajear esas zonas puede provocar contracciones en el útero.

Menstruación: no se aconsejan cuando el sangrado es abundante y doloroso.

Infección: el masaje no resulta beneficioso durante o después de una enfermedad infecciosa, ya que podría contribuir a diseminar la infección.

Problemas de la piel: si hay eczema o dolencias similares, el masaje puede agravar el problema o extenderlo a otras zonas.

Postoperatorio: una operación provoca grados diversos de cicatrización interna y externa que no deben manipularse hasta que el proceso se haya completado.

Varices: el masaje puede ayudar a prevenir la formación de venas varicosas, pero una vez formadas las puede dañar aún más.

Inflamación y heridas: se podrían agravar estas lesiones. En las heridas recientes puede provocar que se abran o infecten.

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