No videntes son  integrados  al trabajo de  masajes

No videntes son  integrados  al trabajo de  masajes

Tomando en cuenta que después que se pierde la vista, uno de los sentidos que más se desarrollan es el tacto, el Patronato Nacional de Ciegos apostó por abrir más  oportunidades a quienes, por una razón u otra, no pueden ver.

En el Centro de Masajes Tacto, ubicado en Plaza Naco, Dilcia Otáñez, una de las no videntes que labora como masajista, encontró, sin duda, un lugar donde puede desarrollarse, y sentirse útil, tanto a la sociedad, como a su familia.

“El poder mostrar que aunque somos personas discapacitadas, estamos capacitados para colaborar, es sumamente reconfortante”, asegura Otáñez.

Según cuenta  Dilcia, esta oportunidad de insertarse en el mundo laboral, a pesar de su condición, es de gran ayuda para ella y sus parientes. Y explica que “así podemos ayudar a llevar el sustento a la familia y dejar de ser una carga para ellos”.

“Es una oportunidad que el Patronato nos ofrece. Ellos nos preparan para que hagamos el trabajo; si ellos nos mandan a la calle, es porque estamos capacitados”, señala la  masajista.

Dilcia Otáñez reside en  Los Alcarrizos, y cuenta que aunque su familia siente temor de que salga sola a la calle, ella entiende que si se queda en casa es peor, pues ahora ya hace sus aportes económicos, con los que se puede vivír mejor.

“Tengo que salir sola, porque si gasto doscientos pesos de pasaje diario, y viene alguien más conmigo, entonces ya serían cuatrocientos”, explica.

El centro.  Tal y como expresa Alexandra Ventura, representante de la Junta Directiva del Patronato Nacional de Ciegos, estas personas fueron capacitadas por espacio de tres años, por técnicos  japoneses.

“Ellos entrenaron a un grupo de ciegos para dar masajes y a otro grupo, para que se desempeñen como profesores en el área”, señala Ventura.

Para satisfacer todas las necesidades, y al mismo tiempo  dar un servicio completo, el Centro de Masajes Tacto Naco ofrece masajes de relajación, reducción, terapéutico, digitopuntura y el shiatsu,  una terapia tradicional originaria de Japón.

Este es el segundo centro que abre el Patronato, siendo el primero, el que funciona en el local de la institución.

“En ambos centros contamos con 28 masajistas, capacitados para esos fines”, indicó Ventura.

Dificultades. Como cuenta Alexandra Ventura, el principal problema que se vive con estas personas, es que no se les ofrecen las oportunidades de desarrollarse, tanto laboral, como personalmente.

“Nosotros tenemos una fábrica de suaper, un centro de llamadas e internet, pero no ha habido quienes se interesen por nuestros servicios”, resaltó Ventura en esta entrevista.

Otras áreas

Capacitaciones

Además de ser capacitados para dedicarse  a ciertos trabajos, estas personas reciben orientaciones sobre temas que le sirven de ayuda para desenvolverse en la cotidianidad. No es raro ver a una de estas personas ensartando agujas o encendiendo una estufa.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas