No volverá tras matar hijo

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POR LEONORA RAMÍREZ S.
Ramón Bienvenido Arvelo Ortega no volverá al apartamento 102-B del Residencial Miraflores; demasiados recuerdos desagradables y mil depresiones por venir, porque no es fácil ser el homicida de su propio hijo.

Una tía de Arvelo Ortega, que prefirió omitir su nombre y que abrió la puerta después de algunos ruegos, explicó que éste no regresará a la casa donde, la madrugada del miércoles 8, el victimario le disparó a su hijo Bienvenido Arvelo Muñoz, de 17 años, luego que éste lo golpeara con un bate porque le había escondido una pipa que utilizaba para consumir drogas.

Desde afuera se percibe que la familia Ortega es modesta. Hay pocos muebles en la sala y en  uno de ellos todavía reposa una cinta blanca de condolencias, de esas que se añaden a las coronas de flores…

Arvelo Ortega fue puesto en libertad por el juez del Sexto Juzgado de la Instrucción, José Alejandro  Vargas, dos días después del fatal incidente, aunque se le impuso impedimento de salida del país, y su presentación  los días 5 y 10 de cada mes por ante el fiscal adjunto que tiene a su cargo el caso.

Para el psicólogo Luis Vergés ese dramático caso revela que el problema de las drogas se ha ido de las manos en muchas familias dominicanas, sobre todo en  las que los  padres han perdido liderazgo e influencia sobre los hijos.

Sin embargo, consideró que no solamente debe verse a los padres como los responsables de la violencia generada por el consumo de drogas, sino también a la sociedad que, en su proceso de decadencia, sus líderes e instituciones han perdido impacto. «Se supone que la familia es el principal espacio donde se buscan los valores como el respeto,  la lealtad y el sentido de pertenencias, y cuando un joven agrede a su padre de esa manera es una señal de lo que podría estar pasando en otros hogares, porque este es un caso extremo.

«Eso también dice que el uso de drogas ha trascendido los límites de aceptación de la razón humana, porque ya estamos tocando fondo».

 

UN RETO PARA LA SOCIEDAD

Vergés consideró que la sociedad debe valorar a la familia como  la principal de todas las instituciones, pero no puede condenarla por las situaciones conflictivas que ocurren en su interior,  porque entonces quedaría abandonada a su suerte.

A su entender, lo pertinente es que la sociedad reflexiones sobre los aspectos que han influido para que la familia se debilite hasta el punto de que ni siquiera en ella las personas tengan seguridad, o que pese al esfuerzo que hacen muchos padres, sus hijos sucumben ante las drogas. «Hay fallos que se han estado cometiendo desde el hogar, la familia se ha debilitado mucho, sobre todo en los últimos 75 años, por  una serie de razones económicas y sociales», expresó.

 

¿FRACASO LA LUCHA CONTRA LAS DROGAS?

Vergés se resiste a plantear que la lucha contra las drogas fracasó y que los planes preventivos cayeron por la borda, en el contexto de la violencia y de los problemas familiares.

«La lucha contra las drogas te va a dar un resultado a nivel preventivo después de mucho tiempo, nosotros ahora estamos viendo la articulación de esas estrategias, porque la prevención no puede hacerla una sola institución.

«Es lamentable reconocer que cuando ocurren casos como el de la familia Ortega la gente se sensibiliza más, y luego responde a los llamados de integración que hace, por ejemplo, el  Consejo Nacional de Drogas (CND), para que se entienda que este problema es real y está más cerca de lo que mucha gente se imagina», expresó.

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