El Nobel de Física fue otorgado ayer al estadounidense Arthur Ashkin, la canadiense Donna Strickland y el francés Gérard Mourou por sus innovaciones en el campo de la física del láser, con múltiples aplicaciones en la medicina y la industria.
La Real Academia de las Ciencias Sueca ha distinguido a Ashkin por inventar las pinzas ópticas, así como la técnica para generar impulsos ópticos ultra cortos y de alta intensidad desarrollada por Mourou y Strickland, la tercera mujer en recibir el Nobel de Física después de Marie Curie (1903) y Maria Goeppert-Mayer (1963).
Justo después de la invención del láser en 1960, Ashkin (1922) empezó a experimentar con el instrumento, pensando en que podía ser perfecto para que rayos de luz moviesen pequeñas partículas.
Pronto logró iluminar esferas transparentes de tamaño micromético y desplazarlas, y añadiendo una lente potente para centrar la luz del láser pudo arrastrar las partículas al punto de mayor intensidad y crear una especie de trampa: habían nacido las pinzas ópticas.
Tras muchos años de intentos consiguió capturar átomos, aunque no fue hasta 1986 cuando pudo perfeccionar la técnica, combinando las pinzas con otros métodos, y en esa tarea descubrió de forma casual un nuevo campo de aplicación, el estudio de los sistemas biológicos.
Los tres galardonados suceden a los estadounidenses Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne, distinguidos el año pasado.