A pesar de haberse encontrado recluído en la clínica Corazones Unidos recuperándose de una neumonía, el Lic. Hatuey Decamps Jiménez, candidato presidencial en los pasados comicios, tuvo la nobleza y cortesía de felicitar al Lic. Danilo Medina por su convincente triunfo en las elecciones del 15 de mayo.
Una vez más el emblemático dirigente político dominicano ha actuado con sensatez, responsabilidad y altura, ratificando su clase y su vocación democrática. El máximo líder del PRSD es un personaje digno de imitar, pues para nadie es un secreto que combatió la reelección del Presidente Medina, pero al reconocer la legitimidad de su victoria su figura se agiganta.
Con esta ejemplarizadora actitud, el quebrantado dirigente de la oposición le envía un mensaje claro al país y es de esperar que ese gesto de gallardía del Lic. Hatuey Decamps sea respondido con gratitud por el Presidente reelecto.
En sociedades civilizadas es común ese comportamiento, pero lamentablemente todavía en nuestro país el liderazgo nacional luce atrasado, sectarizado y da muestras de canibalismo político. En ese sentido, vale reconocer la postura del alcalde Roberto Salcedo, quien aceptó la victoria de David Collado y se mostró dispuesto a colaborar con su próxima gestión edilicia.
Definitivamente, el Lic. Decamps es un dirigente político auténtico, cuyo legado servirá a las presentes y futuras generaciones. Personalmente, lo he admirado y defendido siempre, y ahora con esa singular posición me siento satisfecho y honrado por tener el privilegio de contar con su sincera amistad.
Por la autoridad moral, el historial político y el simbolismo que representa la figura de Hatuey Decamps, el Presidente reelecto, Danilo Medina, acaba de recibir un espaldarazo que legitima su triunfo electoral, que lo consagra como el limpio e inequívoco ganador de los pasados comicios.