Noche de paz, noche de amor…

Noche de paz, noche de amor…

La canción de nana más popular, tierna y sencillacumple sus cien años de aniversario. Inspirada en el nacimiento de Jesús, el Niño-Dios, el Salvador, encarnado en la tierra por obra y gracia del Espíritu Santo, hijo del Dios vivo, único y verdadero, según las Sagradas Escrituras, poco se conoce de su vida íntima, desu infancia y adolescencia, que no de sus sabias enseñanzas signadas con su ejemplo, de los milagros atribuidos, su muerte y resurrección rodeados de misterio aceptado como dogma de fe cristiana, que el agnosticismo, como doctrina filosófica declara “inaccesible al conocimiento humano toda noción de lo absoluto “escrutando todo fenómeno o relativo con la lupa del raciocinio, la logística, el conocimiento científico que explora, investiga y con sus limitaciones desmitifica, esclarece verdades a medias y ocultas escrutando hechos, costumbres y culturas ancestrales en los Evangelios Gnósticos de los primeros cristianos que revelan detalles de la vida de Jesús, de Maria Magdalena y los apóstoles ocultas o deformadas por las autoridades eclesiásticas de entonces.
En buen momento llega el tradicional mensaje navideño de fe y alegría, de amor y bienestar, de comprensión y paz espiritual, de renovadas esperanzas que dolorosamente arrastra un sinfín de males sociales y económicos ancestrales que malogran la bienvenida de un mundo mejor para todos, más equitativo, más justo y bueno, divorciado del obrar irresponsable y perverso de malos gobiernos, líderes y gobernantes y sectores elitistas poderosos que visten de negra penumbra el anhelo de paz, bienestar y libertad de los pueblos marginados, nacidos para el amor y la justicia, que trastocan locas ambiciones, las ansias de riquezas, de poder y dominio que han abjurado el camino del bien que traza la Paz, no la guerra; el amor, no el odio; la tolerancia, no la violencia; lainocencia, no el terrorismo; la democracia, no la imposición; la senda del que siembra y cosecha buenos frutos, no del que destruye; único sendero que conjura los males padecidos y el desastre universal que se avecina por la mezquina arrogancia del poder, la intolerancia, la incomprensión y el egoísmo, de quienes teniendo el bienestar en sus manos lo destruyen renegando el verdadero sendero que conduce ala felicidad y a la gloria inmarcesible.
Ninguna temporada del año transpira mayor alegría, felicidad y goce espiritual. Ninguna mayorcomprensión y confraternidad. La necesidad de amar y ser amados, de reunirnos con nuestro ancestros y núcleo familiar, los buenos vecinos, las viejas y entrañable amistad de amigos y amigas que nunca se olvidan, y los nuevos que enriquecen el correr de los años que hacen recordar recuerdos imperecederos de los que se han ido. Todos afloran como primavera con la primera brisa navideña que perfuman nobles ideales de comprensión, amor y justicia: “Amar a tu prójimo como a ti mismo”, sin falsedad. Porque solo el amor une, solo el amor construye, solo el amor perdona, solo el amor nacido en la paz interior reina en nuestro espíritu. Ocomo diría el poeta hace vibrar los corazones.

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