Ahora que autoridades han admitido no haberse sobrepasado umbral de intenciones para superar crisis haitiana, conviene recordar, en el nacimiento de Jesús celebrado esta Nochebuena, sus enseñanzas: “Amar al prójimo-próximo-como a ti mismo”, definición de prójimo/próximo relacionado con atención de necesidades a cercanos (parábola del Buen Samaritano) y admonición “a quienes más se le haya dado, más se le exigirá” (Lc.12,48).
Estas enseñanzas resultan oportunamente aplicables para sobrepasar el umbral de intenciones por nuestros prójimos isleños, contemplando el pre-requisito de atender necesidades de prójimos domésticos.
Suele reducirse Navidad a deseos: paz, felicidad, alegría y prosperidad; concentrándose en regalos, luces, fuegos artificiales, adornos, espectáculos y bullicios. Derrochando recursos y desbordando exterioridades.
Todo circunscrito a relaciones familiares, amistades y relacionados. Prójimos fuera de este círculo tendrán que conformarse con migajas.
Se asumen poses para aparentar espíritu navideño mediante mensajes mediáticos contentivos de deseos estereotipados, satisfaciendo vanidades personales y/o institucionales.
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La admonición de Lucas. 12-48, mayor exigencia a quienes más poder y recursos administran, reclama a gobernantes sobrepasar umbral de intenciones frente a prójimos nacionales; más allá del círculo de relacionados que se benefician y regodean de quienes detentan poder.
Resulta oportuno pues, evaluar si están utilizándose recursos que administran para satisfacer necesidades de aquellos prójimos connacionales que sufren penurias.
O si están gastándose sin obtener resultados sociales y económicos maximizados; dispendiándolos improductivamente, emitiendo hermosos mensajes contentivos de buenos deseos mediante publicidad engañosa que rinde culto a personalidades. Compartiendo Isla, estamos obligados, por projimidad y conveniencia, a tomar iniciativas efectivas para superar umbral de intenciones en favor de nuestro prójimo geográficamente impuesto.
Al menos, mediante gestos que reflejen magnanimidad frente a nuestro prójimo isleño, especialmente en esta Nochebuena. P.e, Que nuestro Presidente de nuestra nación, hoy mejor posicionada, llame a su par haitiano y, además de desearle feliz Navidad, le preguntara en qué podemos ayudarles para restablecer orden e institucionalidad haitiana. Y proponerle plantear conjuntamente a la comunidad internacional, que para superar umbral de intenciones, requiérase algo más que asistencia militar: enfocar ampliamente normalización política, económica y social.