Vamos a hacer un recuento. El año 2008 ha sido un año especial, sobre todo para tres personas en particular: Marivell Contreras, Raysa Corporán y quien suscribe.
Por cosas del destino nos vimos involucrados en este proyecto editorial, la Revista Fiesta, producto de la iniciativa de los ejecutivos de este periódico, Hoy. A mí, muy especialmente, me ha enseñado mucho, pero sobre todo, me ha dado la oportunidad de encontrarme con un yo que tenía un poco olvidado. Mi yo bohemio.
Las andanzas por bares, discotecas, hoteles, exposiciones, festivales, conciertos y otros eventos sociales, me han revitalizado el espíritu.
Ahora bien, la próxima semana, el jueves para ser precisos, amaneceremos (si Dios nos ayuda) viendo el 2009. Yo, que no tengo ningún rito para despedir o recibir un año, me conformaré haciendo (otra vez) lo contrario a lo que la mayoría suele hacer. Como me la paso casi todo el año de bonche en bonche, de fiesta en fiesta, ese día todo para mí es más tranquilo.
Ver películas, leer o, simplemente, quedarme vegetando en casa. Nada de melancolías o depresiones. Mi corazón está con todo el que sale a conquistar el mundo. Con todos los que tienen como rito la planificación de metas y proyectos. Los que se reunen en familia y comen las uvas, beben vino, comen pollo y ensalada rusa.
Yo simplemente les digo a todos que la pasen bien, pero que, por favor, no le hagan daño a nadie, mucho menos, a ustedes mismos. Feliz Año 2009 y que Dios nos bendiga.