El fin de semana pasado para mí fue súper intenso. Una tanda completa de obras teatrales, aunque debo aclarar, todas en el circuito del Teatro Nacional.

La primera (que en sí es un espectáculo musical y de humor) protagonizado por Tania Báez y Milagros Germán, en el que Waddys Jáquez volvió a demostrar su talento en la creación de personajes y situaciones actuales, envuelto en ese tipo de humor y crónica social que él tan bien ha explotado en los últimos años.

“Glamour, sexo, divas y otras mentiras”, no sólo dio la oportunidad a esas dos mujeres de la televisión local de demostrar otras cualidades dentro de su trayectoria artística, sino también confirmar que talento hay de sobra en el  espectáculo local.

“Réquiem para la noche de un viernes”. Esta obra teatral, que se presenta todavía este fin de semana (al igual que la que citaré más adelante) removió sentimientos de mis raíces familiares. Tan intensa y seria como bien actuada y sobre todo bien dirigida. Niurka Mota, Iván García, Mario Lebrón y Amaurys Pérez están, simplemente, fuera de serie.

Y por último, el domingo asistí a la sala de la Cultura a ver “El animador” que, sin motivos de menospreciar el esfuerzo de su director, Jorge Santiago y su acompañante en la puesta en escena, Yoneidys Domíguez, no fue tan grata la experiencia, pues, entre los  gritos, risas y ruidos de los “niños y niñas” de algún colegio al que se le vendió la función de ese día, deslucieron la intención de la obra de hacer crítica social.