Por el teatro siento una pasión especial. Esto también se ha visto reflejado en los lazos estrechos, de amistad y camaradería con muchos de los actores, actrices, directores y técnicos de esta área, en mi quehacer periodístico.

El pasado sábado tuve el honor de fungir como jurado en el  XVI Premio Quintana de Oro, un festival especial que organiza el grupo de teatro de la Universidad Apec cada año, en honor a su fundadora, la directora Germana Quintana.

Desde hace meses estoy involucrado en la actividad. Por mi condición de jurado, debía leer todas las obras sometidas al concurso para seleccionar las que participarían como finalistas y, por último, escoger la ganadora. Estuve en la tarea junto a la propia Quintana, también participó el actor Exmin Carvajal y  la actriz Montesori Ventura.

La experiencia para mí fue maravillosa. Ver tantos textos excelentes, bien cuidados, bien construidos y, lo más importante, creados por jóvenes afanosos, deseosos de encontrar un espacio dónde expresar sus muchas ideas, es simplemente, un regalo de Dios. Todas las obras presentadas merecen mi respeto. Las actuaciones y direcciones también, sin embargo, me quito el sombrero ante el texto ganador: “Los versos de Abigaíl”, de la autoría de Glorialejandra Jiménez, quien también la dirigió y protagonizó.

Pocos textos he visto tan limpios, inteligentes y fuertes como éste. Luego de las premiaciones, felicitaciones y demás, muchos nos acercamos a ella para aconsejarle que buscara la manera de llevarlo al cine. Es una joya. Por lo demás, quiero contarles que también me divierto en otras horas del día. El festival fue mañana y tarde y cómo llovía…