Así transcurre su vida en común. Desde que decidieron mudarse juntos, sin firmar ningún papel, sin acudir a ninguna notaría, hace algo más de dos años.

¿Yo soy como esos observadores internacionales que vienen a inspeccionar nuestras elecciones? No, más bien soy el cupido que los presentó y que ahora no puede opinar en la relación, como sino fuera parte de ella. Pues bien, ellos a veces, como todas las parejas, se pelean, discuten por cosas serias, unas veces y otras, por “vainas” sin importancia.

La otra noche me invitaron a un bar en la zona (mi zona de ataque) y yo encantado. Pasaríamos por el restaurancito de tacos de la Duarte casi esquina Billini, para ir haciendo estómago.

La cosa es que de repente algo no funcionó y empezaron a discutir, que ya ves por qué estamos así, que no creo que sea para tanto, que esto tiene que cambiar y así por el estilo. Hasta que no sé qué luz divina iluminó a uno de los dos hubo una reflexión, él le dijo, ves, por más que quiera, no me puedo “quillar contigo”.

Sucede que una de las frases pronunciadas en la misma discusión les recordó una canción que juntos han tarareado hasta la saciedad y que, como viene Rosario Flores al país y es ella quien la interpreta, no tuvieron otra opción que acordar que allí estarían, escuchándola danzar entre rumba catalana y flamenco y que, cuando cante “Cómo quieres que te quiera”, se pararán de sus asientos, bailarán al ritmo de ese tema y sellarán el final con un gran beso que los  unirá más como pareja. Enhorabuena.