Noctambulario
Premios Casandra: “flow” clásico y desvelada segura

<STRONG>Noctambulario<BR></STRONG>Premios Casandra: “flow” clásico y desvelada segura

Quienes conocen a este ser humano saben de sobra que lo que menos me preocupa es llenar esos convencionalismos sociales de vestimentas, etiquetas y apariencias lujosas.

Aunque debo admitir que para los Premios Casandra he optado por adoptar una postura más formal (sí, ya sé que muchos están murmurando: “Y el traje ése tan feo que usó hace un par de años, uno rojo que Francisco Sanchís criticó tanto, era elegante? Díría más bien que era uno de carnaval). Pues también a ése me refiero, porque lo usé consciente de que no iba a aparecer en la lista de los mejores  vestidos, pero quise salirme del montón y llevar algo diferente (a mí me pareció genial). Bueno, la cuestión es que para esa noche, mi deleite mayor es ver a los artistas luciendo sus trajes diversos, de diseñadores nacionales e internacionales, deseando que los periodistas les pregunten, a su paso, “¿De quién vistes esta noche?”.

Es que me parece todo tan gracioso y tan surreal, imaginarme los gastos en los que se incurre (sólo por una noche), que a veces hasta vergüenza siento de mí mismo, porque quiéralo o no, yo también he caído en ese influjo. En los últimos años, lo que más me emociona de la ceremonia del Premio Casandra es, sobre todo, el “After party” de Claro.

Ahí sí que hay disfrute. Hasta muy entrada la madrugada. Y lo mejor, que nuestras estrellas se despojan de sus poses estudiadas para la alfombra y dan rienda suelta al disfrute de la música y al “chupe”, que allí fluye a montón. He dicho.

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