Noctambulario
Supongamos que ya es Semana Santa

<STRONG>Noctambulario<BR></STRONG>Supongamos que ya es Semana Santa

Supongamos que estamos en los días calurosos en los que sólo se nos ocurre un buen chapuzón en un balneario cualquiera (los que prefieren la playa o los que, como yo, nos decantamos por un riíto o una piscina). 

Supongamos que no existen tantos peligros en las vías, que los conductores respetan las señales de tránsito, las medidas de seguridad en las avenidas y que, inclusive, les ofrecen agradables sonrisas a los jóvenes de la Defensa Civil que, apostados debajo del sol inclemente, les indican que deben ir a velocidad moderada.

Supongamos que todos respetamos las disposiciones del COE de no bañarnos en tal o cual playa, tal o cual arroyo que previamente han sido calificados como peligrosos. Supongamos que respetamos la entrega de los católicos de celebrar una semana especial entre peregrinaciones, vigilias, ayunos y demás sacrificios.

Supongamos que los que no se  quedan en la ciudad pueden estar plenamente seguros de que sus propiedades no correrán ningún peligro y que los amantes de lo ajeno se tomarán un descanso.

Supongamos que los canales de televisión local transmitan una programación de verdad divertida para que quienes se quedan en casa, al menos, tengan algo con qué entretenerse y no esos programas soporíferos que nos hacen desconectar de cuajo el aparato.

Supongamos que todo esto ocurre y que de verdad tendremos una Semana Santa encaminada a la perfección. He dicho.

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