Por gran parte de la temporada del 2016, el jardinero dominicano Nomar Mazara fue el principal candidato para el Novato del Año de la Liga Americana.
Aunque terminó lejos en las votaciones para el galardón al mejor bisoño en el joven circuito, el capitaleño Mazara terminó con números mucho más que decentes.
Pegó 20 cuadrangulares, remolcó 64 carreras, anotó 53 y tuvo una línea porcentual de .266-.320-.419.
Después de haber firmado como agente libre el 2 de julio del 2011 por un bono de US$5 millones, hasta ahora el más alto otorgado a un jugador dominicano en dicha fecha, Mazara progresivamente fue escalando en el sistema de ligas menores de los Rangers, hasta su ascenso a Grandes Ligas el año pasado.
Y si las cosas terminaron bien en el 2016, a pesar de una baja en la segunda mitad de la temporada, Mazara no ha pensado en maldiciones de segundo año ni nada parecido en el 2017.
En sus primeros cuatro partidos de la campaña, el jardinero de Texas había pegado 10 indiscutibles para liderar la Liga Americana y contaba con nueve remolques, también la mayor cifra para el joven circuito.
Además, acumulaba un par de jonrones y un par de dobles, para sumar cuatro extrabases.
Su promedio de bateo de .588 y su slugging de 1.059 también lideraban la liga, al igual que su OPS de 1.647.
Aunque una muestra de apenas cuatro partidos en una enorme temporada de 162 no es determinante, es mucho mejor comenzar como lo ha hecho el muchacho de 22 años de edad que yéndose de 17-1.
Mazara es una de las caras del futuro del béisbol dominicano en las Grandes Ligas.
Con una producción notable este año, podría encaminarse también a ser uno de los peloteros queridos y seguidos por la fanaticada.
Su don de líder en el clubhouse ya le ha ganado el respeto de sus compañeros.
Ahora es momento de que el público comience a notarlo.