Norcoreanos aceptan cierre de
instalaciones nucleares

Norcoreanos aceptan cierre de<br/>instalaciones nucleares

PEKIN (AFP).- Corea del Norte aceptó ayer, martes, cerrar sus instalaciones nucleares, principalmente su mayor reactor nuclear, en Yongbyón, en los próximos 60 días, a cambio de ayuda energética, gracias a un acuerdo firmado en Pekín, sobre el que Estados Unidos se mostró “satisfecho”.

El consenso alcanzado tras intensas negociaciones entre Estados Unidos, China, Japón, Rusia y las dos Coreas, representa “la mejor oportunidad” y refleja “el compromiso común de los participantes con una península de Corea sin armas nucleares”, según el presidente norteamericano, George W. Bush.

En la misma línea se pronunció la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que se mostró “satisfecha”, aunque puntualizó que “no es el fin de la historia” sobre el contencioso nuclear con Pyongyang.

Según los términos del acuerdo, los norcoreanos empezarán a cerrar sus instalaciones nucleares en los próximos dos meses, mientras que Washington levantará en un mes las sanciones comerciales contra la nación comunista.

«Estados Unidos se ha comprometido y dijimos a las otras partes que resolveremos la cuestión de las sanciones respecto al BDA (Banco Delta Asia) en 30 días», dijo el máximo responsable estadounidense en las negociaciones, Christopher Hill, en Pekín. Tras seis días de tratativas, el negociador chino, Wu Dawei, anunció que se había acordado una declaración conjunta.

«Se obtuvo un importante consenso sobre la aplicación de las primeras medidas (para el abandono de las actividades nucleares), que llevó al éxito de las conversaciones», declaró. Wu afirmó que Corea del Norte recibirá el equivalente a un millón de toneladas de combustible si cierra definitivamente sus instalaciones nucleares.

En una primera fase, empezaría a recibir 50.000 toneladas de fuel a cambio de cerrar su principal reactor, el de Yongbyón, y permitir que los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) entren en el país en los próximos 60 días.

Los inspectores «volverán a Corea del Norte para asegurarse de que todas las actividades nucleares tienen fines pacíficos», declaró el jefe de la agencia, Mohamed ElBaradei, desde Luxemburgo.

Aun así, los medios de prensa estatales norcoreanos defendieron el martes que el acuerdo sólo establece la «suspensión temporal» de esas actividades. Paralelamente, Estados Unidos y Corea del Norte acordaron iniciar contactos para establecer relaciones diplomáticas, según el comunicado final.

Corea del Norte fue incluida en 2002 en el «Eje del mal» por George W. Bush, junto a Irán e Irak.

La próxima sesión de conversaciones se celebrará el 19 de marzo en Pekín, dijo el negociador chino.

Al acuerdo se llegó cuatro meses después de que Corea del Norte inquietara al mundo con su primer ensayo nuclear, lo que obligó a una mayor movilización de los países negociadores. Las conversaciones a seis empezaron en 2003 y dos años después Corea del Norte aceptó abandonar su programa nuclear a cambio de garantías de seguridad, ayuda económica y mejora de sus relaciones con Washington.

Sin embargo, rompió su compromiso poco después, en protesta por las sanciones estadounidenses contra un banco de Macao acusado de lavado de dinero en favor del régimen norcoreano.

Corea del Norte, uno de los países más aislados y pobres del mundo, tiene una fuerte carencia de energía, problema que se agudiza en invierno.

El reactor de Yongbyón es el núcleo de su programa atómico. Está situado a unos 100 km de Pyongyang y reúne a la mayoría de las instalaciones nucleares: un reactor de investigación de una capacidad de 5 megavatios, otro en construcción de 50 megavatios y un centro de tratamiento de plutonio.

El negociador surcoreano, Chun Yung-Woo, dijo que su par norcoreano, Kim Kye-Gwan, acordó el texto antes de que éste fuera distribuido entre el resto de participantes para su aprobación final.

Pero Chun, Hill y su homólogo japonés, Kenichiro Sasae, advirtieron que no hay garantía de que el acuerdo sea definitivo.

«La cuestión no ha terminado. Esto es un paso inicial» y «tenemos un largo camino por recorrer», apuntó Hill.

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