Nos lo han robado todo

Nos lo han robado todo

POR LUIS ACOSTA MORETA
Desde las décadas de los ochentas, nuestros gobiernos vienen implementando reformas tributarias, en procura de aumentar los ingresos, ya que los mismos cada año resultan insuficientes, por razones múltiples. Entre esas razones se encuentran: a) aumento de la deuda externa, que a su vez demanda una mayor cantidad de dinero para el pago del servicio de la misma; b) Una mayor demanda de servicios públicos por parte de la población, como son educación, salud, electricidad, construcción de obras viales, acueductos, etc.

Y obviamente eso implica una mayor cantidad de recursos económicos para satisfacer dichas demandas; c) Un mal manejo por parte de funcionarios, de los recursos que ingresan al fisco, por falta de una planificación seria que permita maximizar los recursos como tales; d) y la corrupción, en todos los órdenes, donde la malversación de dineros es alarmante, pero en la práctica nadie hace nada para corregir la misma.

Estas realidades crean las condiciones, para que los gobiernos siempre estén insaciablemente en búsqueda de una mayor cantidad de recursos económicos, expresada en los presupuestos de cada año, bajo el alegato de que esos recursos son indispensables para honrar los compromisos económicos, en el caso actual, o para fomentar el desarrollo sostenible de la nación. Sea la razón que fuere, lo cierto es que las reformas tributarias que se han hecho, lesionan severamente a los que menos pueden.

Lo cierto de todo esto es que entre reforma y reforma, la inflación le ha robado todo el poder adquisitivo a la población dominicana. No hay peor enemigo, en el orden económico, para la población que la inflación. La persona que ganaba hace dos años, por ejemplo, RD$5,000.00, por motivo de la inflación, hoy su sueldo real es de RD$1,250.00 más o menos. Una cosa son las cifras oficiales del Banco Central, que obedecen a procedimientos puramente técnicos, ya que en el mercado la inflación es diferente. Prueba de que la inflación en el mercado es diferente, hace aproximadamente un año, por ejemplo, la libra de pollo costaba entre RD$13.00 y RD$15.00, sin embargo en la actualidad, una libra de pollo cuesta RD$42.00.

La verdad es que las autoridades se han olvidado de que la gente es el capital y la riqueza principal del país. Se ha subordinado a la gente en función a los problemas económicos y al mercado, cuando debió hacerse lo contrario, donde el mercado y los problemas económicos del país deben plantearse en función de la gente.

De seguir con esa lógica, la población estará condenada a vivir cada vez más en la miseria. Y por consiguiente, esos grandes beneficios que ofrecen la globalización y los cambios tecnológicos, no han contribuido, ni contribuirán en la disminución de la pobreza. En cambio, la desigualdad y la inestabilidad de la familia van en aumento. Y si usted lo duda, vaya a los barrios de Guachupita, Capotillo o a un campo de Elías Piña, por solo mencionar algunos lugares. Y si quiere usted ver la realidad más cruda, visite a los centros hospitalarios, donde los pacientes pasan todo tipo de calamidades.

La situación económica que hoy vive la población dominicana, no se resuelve con reformas fiscales. Estas, lo que van hacer es agravar más la situación de miseria que vive la gente. Hay que hacer reformas en toda la estructura social de nuestra nación. El aparato estatal hay que revisarlo de arriba abajo, si queremos dar con una solución definitiva, para que nuestro país se encamine por el rumbo del desarrollo sostenible que tanto se pregona, pero que no se dan pasos firmes para lograr tales fines.

Lo que sí estamos viviendo en la actualidad es la amarga experiencia de que nos lo han robado todo. Lo único que nos queda es la esperanza de que este nuevo gobierno, al asumir el timón de esta nave, la conduzca por un buen sendero. Los discursos se lo pueden ahorrar, el  pueblo como tal, lo que espera es acciones concretas que den señal a corto y mediano plazo, de que la inflación y el problema energético entre otros, comiencen a ser resueltos.

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