Nos mienten, pero no nos engañan

Nos mienten, pero no nos engañan

La dinámica de la vida política tiene características que se repiten en cada campaña como si un calco constante dirigiera las acciones. Ese calco se reproduce por la fanfarria y el triunfalismo de las caravanas, por el paso de equipos reproductores de música escandalosa y discordante.

Los vehículos se desplazan con una repetición incesante de consignas que copian la vieja técnica de los vendedores de billetes de lotería, quienes se colocaban bajo una ventana a la hora de las dos luces del amanecer a repetir un número, luego lo ofrecían a la señora de la casa, quien lo jugaba porque había soñado con el billete.

La convención del PLD no se sintió. Ese partido ha perdido el vigor debido al mal gobierno que realizan y a la corrupción de sus funcionarios.

La verdad es uno de los primeros principios en ser vulnerados por politiqueros y personajillos, entienden que nada debe ser respetado para llegar y desde el poder, especialmente porque quieren el gobierno para usarlo en su propio beneficio.

El bien común se le deja a los soñadores y, mientras, se acumula una deuda que se puede convertir en un tsunami político en cualquier momento.

Hacer de la mentira un estandarte del quehacer político permite que se le vean las intenciones a quienes actúan alejados de la verdad. Ya lo dijo el inmenso Abe Lincoln: se puede engañar a todo el mundo una vez, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.

Mucha gente se pregunta si con los fuegos fatuos verbales de la gente del gobierno, del Partido de la Liberación Dominicana y su flamante candidato, convencerán al pueblo de que votó un millón de personas en la convención del domingo pasado.

No había ni hubo entusiasmo. Se gastó el PLD envuelto en su propia bóñiga verbal llena de mentiras y de promesas falsas.

Cuando Leonel Fernández presentó el espectáculo televisivo de que había colectado 2 millones de firmas en pro de la reelección, intentó burlarse, nuevamente, de todos los dominicanos.

Esa mentira brotó el domingo último en dos direcciones: acotejaron el número de votantes, pero les salió tan mal que dizque votaron más por Danilo que en la convención que eligió a Leonel, lo cual no cree nadie.

Esta convención fue tan animada, alegre y concurrida como un entierro de pobres.

¿Por qué no votaron los dos millones contenidos en las cajas que presentó Leonel en la televisión? Porque nunca hubo los tales dos millones.

Danilo es el candidato del gobierno y aunque NOS quiere engañar con posiciones falsas, un chusco le gritó: “te conoco bacalao, aunque venga difrazao”.

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