La pregunta obligada en estos momentos es por cuál flanco y en qué magnitud nos afectará primero la crisis financiera que empezó en Estados Unidos y amenaza cobrar carácter global. El economista Bernardo Vega, ex gobernador del Banco Central, prevé que la crisis pondrá en juego la financiación de importantes proyectos e inversiones en el país, afectará las exportaciones, el turismo, las zonas francas y las remesas, entre otras cosas.

Esto se deberá a las restricciones que la crisis está provocando en la disponibilidad de recursos de la banca, principalmente en Estados Unidos y Europa, las fuentes principales de financiación para proyectos de inversión en nuestro país.

Para tener una idea de si la crisis podría afectarnos o no, basta considerar que los países de la Unión Europea han acordado medidas de protección para los depósitos bancarios. No hay acordada una medida de bloque, pero sí el compromiso de iniciativas individuales que apuntalen la confianza de los depositantes. Y si hay gran preocupación en la Unión Europea, que tiene una economía estable y sólida, debemos suponer que sería prudente que aquí también empecemos a ocuparnos de las previsiones. Por lo pronto, hay la expectativa sobre los efectos de la crisis en la marcha de muchos proyectos e inversiones importantes. Nada indica que estemos adoptando las precauciones necesarias.

Propuestas a tomar en cuenta

El informe preliminar de un estudio ordenado por los hoteleros de la zona turística Punta Cana-Macao contiene observaciones interesantes sobre la forma en que el crecimiento de este complejo ha afectado los ecosistemas y amenaza con empeorar en la medida en que se desarrollen nuevos proyectos en carpeta. Hay una propuesta de reordenamiento del territorio que contempla varios aspectos que vincularían el crecimiento turístico con la preservación del ambiente.

Recientemente personalidades del sector turístico plantearon la necesidad de contener la arrabalización que está afectando importantes zonas turísticas del este del país. Ciertamente, los complejos turísticos y los asentamientos humanos de crecimiento errático han perjudicado el atractivo de estos puntos. De ahí que sea necesario un reordenamiento de la distribución territorial para armonizar el crecimiento y desarrollo de estos núcleos.