Me encanta leer los comentarios que mis lectores escriben al pie de estos artículos en la edición digital del periódico Hoy. Es un detalle que alguien se tome el tiempo para expresarse sobre lo que uno escribe, aunque a veces el tono y contenido no sean los más agradables. Pero de todo hay en la viña del Señor.
Un lector que se identifica sólo como reyesobrador ha escrito el 21 de diciembre pasado desde Toronto, Canada, al comentar mi artículo Estos friítos están para caldos y sopas, que se publicó el martes pasado, que según él sopa y caldo es la misma cosa.
Abunda en provecho de su afirmación diciendo: Caldo en italiano significa caliente o caluroso: Un giorno caldo: un día caluroso.
Una sopa calda: una sopa caliente. Pero el quisquilloso lector se equivoca, o al menos está en desacuerdo con el Diccionario y con ciertas autoridades culinarias.
Para comenzar la voz caldo no llega al castellano por vía del italiano sino directamente del latín (de caldus que significa caliente). Eso en cuanto la etimología.
Un caldo, según el Diccionario, es un líquido que resulta de cocer o aderezar algunos alimentos; mientras que una sopa es un plato compuesto de un líquido alimenticio dentro del cual generalmente hay rebanadas de pan, fécula, arroz, fideos u otras pastas, y el caldo de la olla u otro análogo en que se han cocido. Puede verse claramente que el caldo forma parte de la sopa pero no son una misma cosa.
En cuanto a la raíz u origen de la voz sopa se cree que proviene del germánico suppa.
Otro frecuente apuntador, cuya rispidez pudiera ser ofensiva para cualquiera que no sea periodista, es un (¿o una?) tal Megan, que dice escribir desde Estados Unidos. Sobre mi artículo titulado Ningún leopardo suelta sus manchas, en el que me referí al más reciente dislate de Reinaldo Pared Pérez, presidente del Senado y secretario general del PLD, Megan muestra su incansable adversidad a lo que sea que escriba diciendo: ¿Le picó amigo? Ese es su gobiernazo al que usted tanto defiende. ¡Palo si boga y si no también!
En fin, uno quisiera poder responder y agradecer quienes se ocupan de apostillar estos artículos, unos en bien y otros con gadejo, pero en vez de ello hoy sólo les desearé a todos una feliz Navidad.