Notas sobre la caricatura dominicana

Notas sobre la caricatura dominicana

POR DIÓGENES CÉSPEDES
Un caricaturista muy visto y leído es Daddy Romero. Anclado en el estilo de los 12 años, sus obras en el periódico El Día recrean estampas y situaciones sin el uso de personajes, ya que la voz del pueblo hace los comentarios. Romero es más informativo que crítico y el humor está casi ausente.

Ejerce una crítica social con cierto dejo de pesimismo. Su estilo se parece al de Miche Medina. El título de su obra diario es “El carrusel de la vida”. Hay una correlación entre el caricaturista y el director del medio, quien conoció perfectamente la escuela editorial de El Caribe por haber laborado muchos años en ese matutino. En tal calidad, estuvo ligado al grupo de Cachafú y ¡PUM!

 Para concluir esa segunda serie, es un placer introducirles a Will, el genial caricaturista chileno aplatanado en nuestro país, nacido en 1936 con el nombre de Hernán Jirón. Puede decirse que es un domínico-chileno. Una hija suya está casada con un dominicano. Tiene otro hijo, Willliam, que vive en los Estados Unidos. Will, así firma sus trabajos en el Diario Libre, de lunes a sábado, y su personaje lleva el nombre de la caricatura misma: Rosca Izquierda. También produce el suplemento Kid Magazine para niños. Cada quince días, en Diario Libre, aparece una historieta diferente.

 El caricaturista llegó a Santo Domingo en 1973 y estuvo en el país hasta 1980.Volvió en 1989. Eran los años de la errancia chilena a raíz del golpe de Pinochet. Will estudió arquitectura y publicidad. Dice que no es un chiste, sino la realidad, pues nadie en sus cabales piensa que es imposible que al tener esta profesión se haya dedicado a caricaturista. Pero antes fue animador de películas y de dibujos animados. De ahí a trabajar en los medios no hay más que un paso, sobre todo si se vive en el exilio. ¿Cómo hacer la reválida de país en país?

 La experiencia de Will: trabajó de 1990 al 94 en el equipo de redacción de Condorito, la célebre revista de humor bestial y sexual que se volvió famosa en el mundo de la cultura de habla española cuando fue adquirida por una empresa multinacional, ¿globalizada, se diría en este tercer milenio? La revista fue fundada por René Ríos, mejor conocido como Pepo.

 ¿Cuál es el sentido de Rosca Izquierda? ¿Cuál es su simbolismo? ¿Cuál es su relación con la lengua-sociedad-cultura dominicana?

 En el plano lexicológico, la expresión está formada por un sustantivo y un adjetivo y entra en una expresión o frase ya estereotipada: Ser un rosca izquierda, aplicado a persona. Como no hay fecha de documentación de dicha expresión, sospecho que viene del léxico de la mecánica. No sé si sea dominicanismo, pero la investigación queda abierta.

 Lo cierto es que de todos los autores dominicanos que han escrito libros sobre nuestro léxico, salvo error de mi parte, el único que trae esta expresión, y por supuesto la da como dominicanismo, es Carlos Esteban Deive en su Diccionario de dominicanismos (2002, 2.ª ed:184.) Dice el autor que “ser un rosca izquierda” es una persona de trato difícil. Frase figurada y familiar. Eso es todo lo que dice.

 Si no recuerdo mal, comencé a escuchar la expresión “ser rosca izquierda” entre 1967 y 1969. La usaban mucho los estudiantes universitarios que vivían en la pensión de la calle Dr. Piñeyro 33, sobre todo el difunto Moncho Almonte y el hoy Dr. Orlando Crespo Vargas. Pero se me antoja con que la expresión viene de la mecánica, sobre todo de la automotriz de los talleres de la parte alta de la ciudad. Creo haber escuchado a más de un mecánico usar el término aplicado a una rosca cuando se corre, es decir, que ni corre para adelante ni para atrás.

¿No es de difícil trato una rosca de este caletre?

 Sea como sea, ¿es el Rosca Izquierda de Will una persona de trato difícil? Los personajes que giran alrededor de Rosca Izquierda están dotados de una conformación psíquica que les impide tipificar a dicho personaje como de trato difícil porque están preparados para recibir, sin ripostar, la respuesta rebajadora e irónica a la pregunta ingenua o impertinente. Rosca Izquierda aparece, en el contexto de los personajes que le están subordinados, como un maestro de la vida al estilo socrático, presto a enseñar su experiencia y sabiduría  a cambio de un arrugón sardónico, pero cargado de humor. Cada personaje que aparece al lado de Rosca está ahí para que el maestro se luzca, para que aplique la mayéutica.

La risa producida por la ocurrencia es el precio que deben pagar su esposa Doña Dienda (aquí, por lo bajo, Doña Jodienda), la Vecina, Ricky el yupi y Compa, el amigo fiel de Rosca y especie de alumno socrático. Cada uno de estos personajes tipifica una variedad étnica del dominicano, pero todos al parecer son ejemplares de la baja pequeña burguesía de Juan Bosch, excepto Ricky, quien mide las calles de la ciudad en una pipeta, aunque es posible que provenga de esa clase social teorizada por Bosch y haya ascendido a pequeña burguesía alta llevándose de encuentro a medio mundo.

Will trabaja muy bien la relación del lenguaje familiar dominicano con la sociedad y la cultura. En contados casos se producen interferencias con la variedad de español chileno. Es posible que un dominicano común, sea hombre o mujer, tenga dificultad, al no poseer entrenamiento lingüístico, en descifrar el sentido del discurso de los personajes de Will donde tales interferencias ocurren.

A veces, y esto es un rasgo común a los caricaturistas que he analizado en esta serie, ocurren faltas a la ortografía en los textos que oralizan su discurso. Y faltas a la sintaxis, por supuesto, que son las más frecuentes. No las analizaré aquí porque mi objetivo es realzar la labor de estos caricaturistas. Lo otro sería materia para un artículo diferente.

Las interferencias de las dos variedades de español son en Will, al igual que las faltas a la sintaxis y a la ortografía, marcas que delatan la proveniencia social y cultural del sujeto. Al igual que lo son las otras faltas en los demás caricaturistas, no ya con interferencias con el español chileno, sino con otros idiomas como el inglés, el francés, el italiano o el “creole” haitiano, lo cual constituye el arsenal de barbarismos que entran en y salen de un idioma vivo.

El caricaturista dominicano por antonomasia en el lapso que va de los últimos quince años del siglo XX hasta hoy es, sin duda, Harold Priego.

Es el único que, armado con un proyecto de vida fundado en valores, percibe la sociedad dominicana como la utopía de los trinitarios y los restauradores, pero agregándole una crítica social al clientelismo y al patrimonialismo inscrutados en los entresijos de la cultura, la política, la historia y el arte.

La prueba de que la crítica social ejercida por Priego a través de los personajes que pueblan su mundo es transideológica, reside en el hecho de que es el único caricaturista que ha logrado la hazaña de ser al mismo tiempo el caricaturista de cuatro periódicos dominicanos.

En el Listín Diario tiene afincada a “Doña Mármara y su inofensivo esposo Don Chichí, en El Caribe, a Matías y Berroa, en Hoy a “Eloy en Hoy” y en Diario Libre a “Diógenes y Boquechivo”.

¿En virtud de cuáles intereses han consentido inconscientemente estos periódicos en albergar una crítica a la ideología social imperante en nuestra sociedad, que no es otra que la del ser humano light? Si esta ideología del sujeto light está caracterizada, según el psiquiatra español Enrique Rojas en su libro Una vida sin valores: el hombre light  (Madrid: Booket, 2005), por el materialismo, el hedonismo, la permisividad, la revolución sin finalidad y sin programa, el relativismo y el consumismo, ¿se percibe el trabajo de Priego como una crítica social a esta vida frívola y trivial que los medios están obligados a vehicular, independientemente de la voluntad de los dueños o los ejecutivos de esos medios? El título del libro, hay que acotarlo, deja de lado a la mujer light, pero como esta no es feminista, no habrá motivos de gresca por esa exclusión.

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