Notas sobre la carrera del periodismo

Notas sobre la carrera del periodismo

Recuerdo que en uno de los principales diarios hubo no hace mucho un fotógrafo que ascendió a una posición ejecutiva por su habilidad para ayudar a la empresa a sacar de las aduanas, ventajosamente, las importaciones de insumos y maquinarias.

Nada que criticar, sólo que es una curiosa manera de ascender en la carrera periodística, y luce que todavía hoy ese camino sigue siendo importante, sin que ello desmerite para nada las condiciones profesionales de quien tenga la dicha de conjugar destreza periodística con sagacidad aduanal.

Igual he visto colegas (a mi pesar debo llamarles así) quienes sin empacho han defendido con igual entusiasmo a banqueros condenados por quiebras fraudulentas, a políticos señalados como de dudosa reputación y a una variada gama de personajes que si habitaran las páginas de una novela de Tolstoy fuesen los villanos, que prosperan.

Independientemente de la tintura política que matice el ejercicio, el país es afortunado de contar con periodistas serios a quienes la opinión pública premia con el crédito público de la credibilidad. Y entre estos afortunados, hoy deseo resaltar a varios, sin que la falta de mención signifique desmedro de otros, aunque sí quizás de algunos.

Por ejemplo, a mi juicio ha sido un lujo que el periodismo dominicano haya contado hasta el sábado pasado con Manuel A. Quiroz como director de un periódico tan emblemático como El Caribe. Al renunciar a la dirección de El Caribe, que ocupaba desde junio de 2005, Quiroz dijo que le satisface haber tenido la oportunidad de fortalecer, a través de la línea editorial, la defensa de las libertades públicas y en especial el libre juego de las ideas, así como los derechos humanos, que han sido banderas que ha exhibido El Caribe.

Hay pocos casos en la dirección de periódicos dominicanos como el de Quiroz, o el director de este Hoy, don Bienvenido Álvarez Vega, profesionales de acendrados valores éticos dedicados sólo a su ejercicio. Otra escuela o práctica –al parecer aceptada por la sociedad- admite maneras heterodoxas para satisfacer urgencias que la mera condición de empleado editorial nunca podría cubrir honestamente.

A mí me apena mucho que Quiroz haya renunciado a El Caribe, pues él significaba quizás el último eslabón periodístico con el estilo que su antiguo director y dueño el Dr. Germán E. Ornes imprimió a ese gran diario. Pero el tiempo pasa…

Publicaciones Relacionadas

Más leídas