Notas sobre reelección

Notas sobre reelección

 JOSÉ MANUEL GUZMÁN IBARRA
El país tiene que resolver algunos temas centrales, como son: qué hacer para fortalecer el clima democrático y cómo alcanzar el desarrollo económico. Nadie parece poner en duda la relación inquebrantable entre uno y otro. Amartya Sen ha establecido la interesante relación entre desarrollo y libertad. A pesar de los avances, la democracia y el desarrollo económico siguen siendo tareas pendientes, y resolverlos es el verdadero reto que tiene nuestra sociedad. Cualquier otro tema o se deriva de estos dos.

Así, un tema actual es el de la reelección. Vivir de sorpresa en sorpresa puede ser inocuo para el concepto que algunos le confieren a la democracia, pero es fatal para el desarrollo. Por un lado, uno puede preguntarse si es cierto que la reelección es un dilema con el fortalecimiento democrático, por otro lado hay que reconocer que la continuidad de una visión política es un aporte al desarrollo.

Para los anti reeleccionistas intentar la reelección debilita la democracia porque usa los recursos del Estado, y aunque parecen verlo muy claro, los datos concretos no parecen establecer evidencia significativa entre períodos con reelección y períodos de no reelección. Así, en cada año preelectoral el gasto público parece dispararse en la misma proporción en un período y en otro. La fiebre no está en la sábana, lo que hay que definir en este punto es qué mecanismos son necesarios para que la JCE pueda efectivamente limitar no sólo el uso de los recursos del Estado (sean estos del Congreso, del Poder Ejecutivo o de los municipios) sino también, en sentido general, el financiamiento de las campañas electorales.

Al tener un sistema democrático olvidamos lo que cuesta conseguirlo. Algunos llegan a creer que la democracia es ausencia de lucha, obviando que precisamente es a través del debate público, con mayor o menor contenido, con mayor o menor acaloramiento, que sucede la política en democracia. Algunos se sorprenden de qué tan «violento» puede ser el lenguaje, y algunos atribuyen más conflicto cuando hay un intento reeleccionista. No obstante, el debate subido de tono no parece ser exclusivo de períodos de competencia reeleccionista, como podemos encontrar en nuestra propia historia.

Así, el debate político que hoy miramos en la prensa, es propio de la lucha por el poder. El mismo ocurre, aunque los argumentos parezcan apuntar otra cosa, como siempre ocurre, en quién va a dirigir los destinos de la nación. En sentido abstracto la continuidad da garantías de que los proyectos terminen y los programas funcionen. En sentido concreto, en cada circunstancia, en cada país, el que pretende la Presidencia debe explicar y convencer de lo favorable que puede resultar su propuesta, de continuidad para el que busca reelegirse, o la razón para superarla para el que pretende hacerse con el poder.

En cada momento, una sociedad puede hacer valer su visión, téngase o no ventajas materiales sobre un contendedor electoral. El dinero puede ser necesario pero no suficiente para ser elegido. El electorado, fácilmente manejable en caravanas, no resulta tan maleable a la hora de ejercer el voto. El electorado dominicano ha mostrado tener bien desarrollado su instinto y raciocinio, mostrándose decididamente cuando ha sentido que así debe hacerlo, no importa cuán grande sea la ofensiva electoral de un candidato.

En nuestro país la cuestión es quién puede apuntalar un período de estabilidad y crecimiento suficientes para dar por superado el subdesarrollo. En el año 2004 el votante supo responder de forma decisiva. Los elementos que llevaron a ese razonamiento no han desaparecido. Frente a una oposición buscando todavía su propia originalidad, Leonel Fernández es la respuesta política al anhelo que tenemos de que nuestro país despegue por fin hacia el desarrollo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas