Hoy 
POR LLENNIS JIMÉNEZ
ELÍAS PIÑA.- A un año y medio de haberse implementado el nuevo modelo de sistema penitenciario, el 90% de los reclusos analfabetos en esta provincia bajó al 10%, y una gran parte de estos se entrena en el manejo de la computadora.
La mayoría de los 122 internos en el Centro de Corrección y Rehabilitación está por robo, homicidio, tráfico de droga y de arma de fuego, por su cercanía con la frontera.
El 10% de la población alojada es haitiana. Se encuentran condenados 71 y 51 preventivos.
Desde el 8 de febrero del 2006 los militares salieron del plantel para darle paso a la seguridad de los agentes de Vigilancia Penitenciaria (VPT).
Por apartada que está la provincia en la zona árida fronteriza, entidades internacionales como Alfalit apadrinan la formación de los presos, pagando sus profesores. Los prisioneros de los seis municipios se benefician de la tecnología que expande el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL). El sistema se ha modernizado tanto que mientras las escuelas de Elías Piña carecen de pizarras, la cárcel cuenta con diez computadoras, un fax y un teléfono. Los presos deben cumplir una jornada diaria de ejercicios, clases, trabajo y bañarse tres veces, entre las 6:30 de la mañana a 10:00 de la noche, cuando se acuestan. Cuando se llega al recinto da la impresión de estar en un centro educativo.
Las condiciones físicas son evidentes. Las limpias paredes, con mensajes alusivos a la paz; el silencio y la armonia de los custodias, son algunos de los elementos que llevan a creer que en Elías Piña se garantiza el reconocimiento de la dignidad del preso.
El tratamiento de estos hombres abarca desde la atención mental hasta oficios en distintos talleres, para que aprendan diversos quehaceres. El director del centro, José Altagracia Batista, afirmó que 35 entidades públicas y privadas los apoyan.
En tanto, la sub directora administrativa de Prisiones, Milagros Ricardo, dijo que el recluso recibe comida, asistencia odontológica, psicológica, medicina y trabajo social, para evitar el desarraigo con relación a la familia.
